CDMX. 19 de noviembre de 2025. En lo que respecta a la salud bucal, todavía están rezagados. Según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), en 2019, sólo el 57.6% de los hombres utilizaban diariamente cepillo de dientes, pasta de dientes e hilo dental, mientras que entre las mujeres esta tasa alcanzaba el 67.7%.
El comportamiento también se refleja en las consultas: según una encuesta de la Asociación Brasileña de la Industria de Dispositivos Médicos (ABIMO), más del 60% de los pacientes que reciben tratamientos dentales regulares son mujeres, y la mayoría de los hombres sólo acuden al dentista en casos de dolor o sangrado de encías.
Estas cifras revelan que el público masculino todavía asocia la consulta dental con la urgencia, y no con la prevención. Más que una cuestión de costumbre es un rasgo cultural. Durante décadas, la masculinidad ha estado ligada a la idea de resistencia y autosuficiencia, lo que ha llevado a muchos hombres a descuidar la atención sanitaria básica.
"Aún hay resistencia entre la mayoría de los hombres a la hora de prevenir. Muchos sólo buscan al dentista cuando sienten dolor o notan un problema visible", explica el odontólogo Felipe Rossi, especialista en Periodoncia y Odontología, impulsor del Protocolo GBT y director general de la iniciativa social Por1Sorriso. "Necesitamos desmitificar la idea de que ir al dentista es algo incómodo o secundario. Hoy la odontología ofrece experiencias mucho más humanas, tecnológicas y acogedoras".
Mitos, rutina y nuevas experiencias
Entre los principales factores destacados por los expertos se encuentran la falta de tiempo, el miedo a sentir dolor y el desconocimiento sobre prevención. Esta combinación crea un ciclo de descuido: los problemas simples evolucionan hacia enfermedades complejas, con impactos directos en la salud, la estética y la autoestima.
Además, los factores emocionales también influyen. Cuestiones como la ansiedad, la depresión y el miedo al dentista, todavía rodeados de estigma, hacen que muchos hombres dejen el cuidado bucal en un segundo plano, empeorando la situación con el tiempo.
El acceso a la información y a la educación sanitaria también influye directamente en este comportamiento. Los hombres que no tuvieron contacto con hábitos preventivos en la infancia o que no enfrentaron barreras socioeconómicas tienden a repetir este patrón en la edad adulta, manteniendo la prevención fuera de su rutina.
Pero este escenario está empezando a cambiar. La odontología moderna ha acercado al hombre a la prevención a través de protocolos tecnológicos y humanizados, que hacen que la atención sea más eficiente y menos invasiva.
Un ejemplo es el Protocolo GBT (Guided Biofilm Therapy), una terapia guiada para eliminar el biofilm bacteriano, principal causa de caries e inflamación de las encías. Utilizando equipos de precisión y un chorro de agua caliente con micropartículas (polvo de eritritol), el protocolo limpia los dientes de forma predictiva, visual y prácticamente indolora, permitiendo al paciente seguir cada paso del proceso.
“GBT cambia completamente la percepción sobre la limpieza dental”, afirma Rossi. "Cuando los hombres comprenden el proceso y ven resultados inmediatos, se involucran más en la atención. Es una experiencia indolora, participativa y mucho más cercana".
Autocuidado y autoestima
El avance de la tecnología en odontología ha ayudado a redefinir la relación de los hombres con el autocuidado. Despachos más acogedores, profesionales y con un enfoque educativo ayudan a romper tabúes y a demostrar que cuidar tu sonrisa también significa cuidar tu imagen y tu bienestar.
Más que sólo estética, una sonrisa saludable también está relacionada con la confianza en uno mismo y la imagen profesional. Las investigaciones indican que los hombres que cuidan su salud bucal tienden a sentirse más seguros en contextos sociales y en el trabajo, algo cada vez más valorado en un mundo donde la apariencia y la comunicación visual importan.
“Cuando los hombres se dan cuenta de que la salud bucal está ligada a la autoestima e incluso al desempeño profesional, cambian de postura”, añade el especialista. "La tecnología está ahí para simplificar y eso marca la diferencia".
La resistencia masculina al dentista es, en parte, un reflejo de una cultura que está experimentando transformación. A medida que las nuevas generaciones se abren a hablar de salud y autoestima, también crece la comprensión de que una sonrisa saludable es una parte esencial del bienestar. Con información, empatía e innovación, la odontología continúa ayudando a construir sonrisas y deconstruir tabúes. Al fin y al cabo, la prevención es también un acto de autoconocimiento.

