Ciudad de México, 10 de diciembre 2025. Durante las celebraciones decembrinas, los fuegos artificiales y el ambiente festivo llenan de color y sonido los hogares mexicanos. Música a gran volumen, reuniones numerosas y estallidos continuos forman parte del paisaje navideño. Sin embargo, detrás de esta tradición existe un riesgo poco reconocido: la posibilidad de sufrir un traumatismo acústico por la exposición a ruidos que superan los límites seguros para el oído humano.
MED-EL, líder en soluciones auditivas, explica que el oído es un órgano extremadamente delicado. Mientras el rango cómodo para percibir sonidos se ubica entre los 65 y 80 decibeles (dB), los juegos pirotécnicos pueden superar los 140 dB, niveles capaces de dañar estructuras internas como el tímpano, los huesecillos del oído medio y las células ciliadas del oído interno.
Cuando las explosiones ocurren a corta distancia, el riesgo se incrementa de forma considerable, que podrían provocar desde hipoacusia leve, que dificulta percibir sonidos suaves, hasta pérdida auditiva súbita profunda, con impacto directo en la comunicación y la calidad de vida.
La Secretaría de Salud advierte que las explosiones de estos artefactos representan un alto riesgo, pues tienen la capacidad de provocar la pérdida de audición, entre otras afectaciones. El peligro alcanza tanto a quien los utiliza como a quienes se encuentran cerca. La población infantil resulta la más vulnerable, especialmente los niños en etapa preescolar, de tres a cinco años, y los de seis a 12 años. En jóvenes y adultos, la severidad del daño dependerá de la distancia al estallido, la intensidad del sonido y la respuesta individual de cada organismo. En nuestro país hay 2.3 millones de personas con discapacidad auditiva, según el Instituto Nacional de Rehabilitación.
“Reconocer los primeros síntomas es fundamental para actuar a tiempo. Incluso una molestia que parece pasajera puede indicar una lesión que requiere atención especializada. Durante las fiestas, escuchar con atención a nuestro propio cuerpo es clave para proteger la salud auditiva. Entre las señales más comunes posteriores a ruidos intensos se encuentran zumbidos persistentes, sensación de oído tapado, dolor, dificultad para entender conversaciones, distorsión de sonidos, pérdida repentina de la claridad auditiva y, en casos severos, sangrado, desequilibrio o hipoacusia súbita profunda”, menciona Dulce María García Jacuinde, médico audióloga y especialista de soporte clínico en MED-EL México.
La detección temprana puede transformar por completo el pronóstico. Sólo un médico especializado en audición es capaz de determinar el tipo de lesión y definir el tratamiento adecuado. Las opciones van desde reposo auditivo y medicamentos hasta soluciones tecnológicas avanzadas.
Entre estas alternativas se encuentran los implantes cocleares, los implantes de conducción ósea, los implantes de oído medio y las soluciones de conducción ósea no implantables, que ofrecen apoyo a personas con pérdidas auditivas severas o profundas. Gracias a los avances médicos y tecnológicos actuales, muchas personas llegan a recuperar parte o gran parte de su audición si reciben atención oportuna.
En esta temporada, donde la convivencia y las celebraciones se intensifican, proteger el oído, reconocer alertas tempranas y acudir de inmediato con un especialista son acciones esenciales para prevenir secuelas permanentes y preservar un sentido tan valioso como el de escuchar.

