CDMX. 24 de octubre de 2025. El hombro, una de las articulaciones con mayor movilidad del cuerpo humano, es especialmente vulnerable a lesiones y trastornos que pueden limitar de manera importante la calidad de vida.
“El dolor de hombro no siempre está relacionado con el manguito rotador, aunque esa sea la causa más conocida”, explica el Dr. Jorge Cervantes, ortopedista artrofista. “Existen muchas otras afecciones que pueden generar molestias similares y requieren un enfoque diagnóstico preciso para evitar tratamientos equivocados.”
Panorama clínico
Las lesiones del manguito rotador —como la tendinitis, el síndrome de pinzamiento o las rupturas— son las más frecuentes, pero no las únicas. El Dr. Cervantes señala que “uno de los principales retos en consulta es distinguir entre patologías que se presentan con el mismo tipo de dolor o limitación, pero que tienen un origen distinto”.
Entre las afecciones más comunes se encuentran:
- Bursitis subacromial: inflamación de las bursas que amortiguan el contacto entre tendones y hueso.
- Tendinitis del bíceps: inflamación del tendón que conecta el músculo bíceps al hombro, común en movimientos repetitivos.
- Síndrome de pinzamiento subacromial: ocurre cuando las estructuras del espacio subacromial presionan los tendones o bursas, generando dolor al levantar el brazo.
- Hombro congelado (capsulitis adhesiva): dolor progresivo y rigidez con pérdida significativa de movilidad, que puede aparecer tras una lesión o sin causa aparente.
- Luxación o subluxación: desplazamiento de la cabeza del húmero fuera de su cavidad, habitualmente provocado por un trauma.
- Artritis o artrosis del hombro: desgaste del cartílago articular que causa dolor, rigidez y limitación funcional.
- Fracturas: producto de caídas o impactos directos sobre el hombro.
- Dolor referido o problemas nerviosos: afecciones cervicales o neurológicas que se manifiestan con dolor en la articulación.
Importancia del diagnóstico diferencial
Muchas de estas afecciones comparten síntomas como dolor al movimiento, limitación al alzar el brazo, dolor nocturno o rigidez. “Un diagnóstico adecuado debe partir de una valoración clínica completa y apoyarse con estudios de imagen; de lo contrario, se corre el riesgo de tratar al paciente por la causa equivocada”, destaca el Dr. Jo9rge Cervantes.
El especialista también subraya que el tratamiento debe individualizarse: “Cada hombro es diferente. No todos los pacientes se benefician de los mismos ejercicios, medicamentos o tiempos de reposo. La personalización del tratamiento es clave para una recuperación exitosa.”
Cómo tratarlo
El abordaje terapéutico dependerá del tipo de lesión, su gravedad y las características del paciente. Entre las opciones más frecuentes se incluyen:
Reposo relativo, aplicación de hielo y medidas para reducir la inflamación.
Medicamentos antiinflamatorios o analgésicos.
Fisioterapia enfocada en restaurar movilidad, fuerza y función.
Inyecciones locales de corticosteroides en casos de inflamación persistente.
Intervención quirúrgica en lesiones graves o resistentes al tratamiento conservador.
“El objetivo no es solo quitar el dolor, sino devolver la funcionalidad al hombro y prevenir recaídas”, enfatiza el Dr. Jorge Cervantes. “La fisioterapia guiada y el fortalecimiento progresivo son esenciales para lograrlo.”
“Adoptar hábitos ergonómicos, mantener una buena postura y realizar ejercicios de fortalecimiento del hombro y la espalda puede reducir significativamente la incidencia de lesiones”, concluye el Dr. Jorge Cervantes.

