Ciudad de México a 18 de noviembre de 2025.- Cada año, miles de bebés en México nacen antes de tiempo y enfrentan desafíos que van más allá de su supervivencia. La atención que reciben en sus primeras semanas de vida es determinante para su desarrollo cognitivo y su calidad de vida futura.
En México y Centroamérica, 17.2% de los menores de cinco años presentan retraso en el crecimiento, una condición que puede causar daños físicos y cognitivos graves e irreversibles, con repercusiones incluso en generaciones futuras.
Estas cifras subrayan la urgencia de fortalecer las estrategias de nutrición en los primeros días de vida, particularmente en los bebés prematuros, quienes nacen con reservas nutricionales muy limitadas y requieren apoyo especializado para asegurar su desarrollo.
Durante este periodo crítico, la nutrición influye directamente en el desarrollo cerebral y cognitivo del bebé prematuro. De hecho, el cerebro de un bebé prematuro crece de 100 a casi 400 gramos entre las 24 y 40 semanas de gestación, lo que lo hace altamente dependiente de una nutrición adecuada.
Los déficits nutricionales en esta etapa pueden tener efectos irreversibles en la memoria y el aprendizaje, por lo que garantizar un aporte equilibrado de nutrientes es esencial para proteger su desarrollo neurológico.
Iniciar la nutrición parenteral en las primeras horas de vida es una práctica clave para los bebés prematuros, ya que permite cubrir sus requerimientos energéticos y de crecimiento desde el inicio. El uso de bolsas estandarizadas de nutrición parenteral listas para usar ha demostrado reducir errores, infecciones y costos, lo que facilita que los hospitales brinden una atención oportuna y segura desde los primeros momentos de vida, sin necesidad de esperar el proceso de preparación manual de nutrientes.
“La nutrición en los primeros días de vida es una oportunidad invaluable para favorecer el crecimiento y el desarrollo cerebral del bebé prematuro. Un adecuado soporte nutricional no solo mejora su recuperación, también puede influir en su capacidad de aprendizaje y bienestar futuro”, señaló la Dra. Adriana Ballesteros, pediatra especialista en neonatología.
En los casos más críticos, la nutrición parenteral —un método de alimentación intravenosa que proporciona proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales— se convierte en una terapia vital para asegurar que los bebés reciban los nutrientes que su cuerpo y su cerebro necesitan mientras se establece la alimentación enteral —por vía oral—. La doctora Ballesteros comentó también, que la alimentación parenteral es indispensable en todos los bebés con un peso menor a 1,500 gramos.
“La nutrición parenteral temprana y segura permite que los bebés prematuros reciban los nutrientes críticos que su cerebro necesita en el momento más importante para su desarrollo”, destacó Sarai Ugalde, Especialista en Educación Clínica para Baxter Latinoamérica. “Nuestra misión es acompañar a los equipos médicos con soluciones estandarizadas que faciliten iniciar la nutrición desde la primera hora de vida, reduciendo riesgos y mejorando resultados”.
Diversos estudios han mostrado que los bebés prematuros que ganan entre 20 y 30 gramos por cada kilogramo de su peso corporal al día presentan mejor desarrollo cognitivo, motor y del lenguaje, y que una nutrición equilibrada desde el nacimiento mejora la velocidad de procesamiento, la memoria y la coordinación motora durante la infancia.
Garantizar una nutrición adecuada desde el inicio no solo permite que más bebés sobrevivan, sino que también favorece un desarrollo neurológico más saludable y mayores oportunidades de bienestar a largo plazo. En el Día Mundial del Niño Prematuro, es fundamental crear conciencia sobre el papel que desempeña la nutrición, y en particular la nutrición parenteral, en el desarrollo cognitivo de los recién nacidos más vulnerables, recordando que cada avance en este campo representa una inversión en su futuro.

