Los parásitos conocidos como piojos son una preocupación global que puede afectar a personas de cualquier género, edad, origen étnico o nivel económico. En nuestro territorio, los más afectados son los niños de entre 3 y 11 años, ¡con un alarmante 25% de incidencia!
Principalmente, los piojos encuentran refugio en el cabello largo, siendo más comunes en las mujeres. Se propagan principalmente de cabeza a cabeza, aunque también pueden transmitirse a través de objetos como peines, broches, gorras, cascos, sombreros, pañuelos, prendas de vestir y ropa de cama.
Estos insectos hematófagos, es decir, que se alimentan de sangre, representan un riesgo significativo, especialmente para los niños, quienes pueden sufrir lesiones en la piel como irritaciones y descamaciones debido al intenso rascado. Además, a través de sus mordeduras, los piojos pueden transmitir una bacteria llamada Rickettsia, causante de una enfermedad grave y peligrosa conocida como Rickettsiosis.
La Rickettsiosis, una enfermedad mortal que puede pasar de la cabeza al cuerpo, se manifiesta con fiebre, malestar general, dolores de cabeza, dolores musculares, erupciones en la piel (exantema) y la inflamación de ganglios linfáticos en el cuello o las axilas (linfadenopatía), síntomas que pueden pasar desapercibidos debido a su difícil diagnóstico tanto para los pacientes como para los médicos.
Si no se diagnostica y trata a tiempo, la Rickettsiosis puede progresar y causar complicaciones severas y potencialmente mortales, especialmente en pacientes pediátricos. Esto puede incluir fallos en varios sistemas del cuerpo, con mayor incidencia en el sistema nervioso, los riñones, el hígado y el sistema vascular, pudiendo llevar, en algunos casos, a la muerte.
En México, la Rickettsiosis se presenta principalmente en zonas donde los piojos son endémicos, como en el norte y las costas del país, donde las altas temperaturas favorecen su proliferación. Desde la década de 1940, se han registrado casos en estados como Sonora, Coahuila, Sinaloa y Durango. Actualmente, se reporta un caso por cada 50 mil habitantes en el país, con un número significativo de casos y lamentables fallecimientos registrados, especialmente en Sonora.
Si tú o algún miembro de tu familia ha tenido piojos y presenta alguno de los síntomas mencionados anteriormente, es crucial que consulten a un médico para descartar la Rickettsiosis y recibir el tratamiento adecuado.
Para prevenir esta enfermedad mortal, es fundamental controlar la proliferación de los vectores que la transmiten. Los piojos pueden ser eliminados con productos que previenen y combaten la infestación como los de la familia de Herklin que, durante más de cinco décadas, han demostrado ser seguros y efectivos en esta tarea, además de tener diversas presentaciones disponibles que se adaptan a las necesidades de cada paciente, garantizando resultados óptimos y, sobre todo, previniendo complicaciones graves.