PRESERVAR LA FUNCIÓN RENAL CON UN ESTILO DE VIDA SALUDABLE

Se estima que seis millones de personas en México sufren ERC debido a complicaciones por diabetes mellitus e hipertensión arterial, que presentan altas prevalencias en el país.

Lorena Ríos
Bienestar
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Los riñones filtran cada día 180 litros de sangre; controlan la tensión arterial; eliminan toxinas; mantienen el equilibrio de sodio, potasio, calcio y agua en el cuerpo, pero tienen enemigos mortales que los acechan: obesidad, diabetes mellitus, hipertensión arterial, tabaquismo, herbolaria y consumo excesivo de sal.

Cuando estos órganos sufren daño aparece la Enfermedad Renal Crónica (ERC), que afecta a 6.2 millones de mexicanos que requieren de diálisis, hemodiálisis o trasplante renal para seguir con vida.

Estudios recientes arrojan que 850 millones de personas son afectadas por esta enfermedad alrededor del mundo.

Según la Secretaría de Salud (SSA) en 2022 en el país se estimó una prevalencia de enfermedad renal de 12.2% y una tasa de 51 defunciones por cada 100 mil habitantes.

La ERC no aparece en el organismo de un momento a otro, sino que se desarrolla de manera gradual. La mayoría de las personas en los primeros estadios del padecimiento no presentan síntomas, así que es posible que ni siquiera sepan que la sufren.

Las principales causas de la ERC son la complicación por diabetes mellitus (48.5%) y la hipertensión arterial (19%). Ambas presentan altas prevalencias en México. De hecho, a nivel mundial nuestro país se encuentra en el tercer lugar de prevalencia en ERC, solo después de Taiwán y Estados Unidos.

Cabe recordar que la diabetes afecta a casi 14 millones de mexicanos y ha sido catalogada como un problema grave para el sistema de salud debido a la gran carga económica en la que incurren los pacientes e instituciones. El costo anual per cápita de pacientes con ERC es de aproximadamente 300 mil pesos y representa 1.73% de todo el presupuesto que se destina al sector salud.

Enfermedad silenciosa

El diagnóstico de la ERC en personas con diabetes usualmente es una experiencia sorpresiva, puesto que en gran parte de los casos consideran que tienen “un buen control de su enfermedad”.

Sin embargo, la ERC en fases tempranas no manifiesta signos ni síntomas; se calcula que solo uno de cada 100 pacientes con diabetes tiene acceso a una evaluación de función renal y por lo tanto a un diagnóstico de la enfermedad renal que conlleve a un tratamiento adecuado.

Juan Carlos Ramírez Sandoval, médico internista y nefrólogo del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), explica que cuando un paciente presenta ERC lo que sucede en sus riñones es que el tejido sano primero se inflama y después se vuelve fibroso (se producen cicatrices); esto provoca que pierdan su capacidad para filtrar la sangre y producir orina.

Cabe destacar que los riñones se encargan de mantener al organismo equilibrado al eliminar del cuerpo los desechos que pueden llegar a ser tóxicos, manteniendo balanceados los líquidos internos, así como la regulación de la presión sanguínea.

Dado que es una enfermedad silenciosa, en la actualidad está subdiagnosticada y generalmente se detecta en etapas muy tardías, cuando aparecen síntomas como náuseas, vómito, falta de apetito, retención de líquidos en pies, manos y párpados, pérdida de masa muscular y aumento de presión arterial. Cuando esto sucede es porque prácticamente el paciente llega a lo que se conoce como terapias sustitutivas de función renal: diálisis, hemodiálisis o trasplante renal, advierte el especialista.

Arsenal terapéutico

“La ERC evoluciona debido a que los riñones dañados no pueden filtrar la sangre adecuadamente. Desafortunadamente esta condición desencadena otras complicaciones como la anemia, que es frecuente en pacientes con ERC, ya que los riñones son los responsables de producir una hormona llamada eritropoyetina, misma que indica al cuerpo que produzca glóbulos rojos”, indica el doctor Max Saráchaga, director médico de Amgen México.

En la anemia por ERC el tratamiento consiste principalmente en terapia suplementaria de hierro y factores estimulantes de la eritropoyesis, que ayudan a que el cuerpo produzca glóbulos rojos al provocar su formación por el mismo mecanismo por el cual la eritropoyetina lo hace en el cuerpo.

“Si la enfermedad empeora los riñones se vuelven incapaces de realizar sus funciones más básicas y será necesario un tratamiento con base en diálisis o un trasplante. A esto se le conoce como enfermedad renal terminal. Es por esto que un estilo de vida saludable, que incluya actividad física y una dieta sana, así como acudir al médico para realizar constantemente análisis de sangre, son cuestiones clave para evitarla. Trabajamos además para desarrollar otras opciones terapéuticas que ayuden a mejorar la calidad de vida de los pacientes y en brindar educación médica continua para los médicos y especialistas del país”, destaca Saráchaga.

En este sentido, el doctor Ramírez apunta que “recién Bayer presentó la nueva molécula Finerenona, una terapia indicada para adultos que viven con ERC y diabetes mellitus, cuyo objetivo es bloquear al receptor mineralcorticoide (RM) que contribuye a la inflamación y fibrosis de los riñones. Anteriormente una vía no abordada por ninguna terapia y que sabemos juega un papel crucial en el deterioro de la función renal”.

El especialista añade que la Finerenona forma ahora parte fundamental de la terapia farmacológica para pacientes que viven con ERC y DT2, ya que disminuye el deterioro de la función renal y reduce considerablemente el riesgo de presentar eventos cardiovasculares mayores.

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Al arsenal terapéutico también se suman los alfa cetoanálogos de aminoácidos, más citrato de calcio e inulina en presentación en polvo dispersable de Columbia. “La ERC es la enfermedad crónica olvidada. En esta condición el punto medular es el paciente, a quien se le pide no abandone el tratamiento, puesto que si no sigue las indicaciones la posibilidad de que presente más complicaciones aumenta. La nueva presentación del medicamento, que antes eran tabletas, facilitará la vida de los pacientes, quienes únicamente tomarán un sobre en un vaso de agua al día, lo que ayuda a un mayor apego al tratamiento”, explica la nefróloga Nadia Saavedra Fuentes, certificada por el Consejo Mexicano de Nefrología.

La especialista insiste en que la detección temprana permite evitar complicaciones graves y desastrosas de la enfermedad. Cuando se identifica de manera oportuna con un estudio de laboratorio de sangre y orina, se aborda con tratamiento médico y asesoría nutricional destacando la disminución de la ingesta de proteínas, con lo cual es posible que el paciente tenga más calidad y esperanza de vida.