En México, cerca de 10,000 personas son diagnosticadas cada año con sarcoma, un tipo de cáncer poco común pero altamente agresivo que afecta los tejidos conectivos del cuerpo, como los músculos, nervios, grasa o huesos. Aunque representa sólo 1 % de todos los casos de cáncer, su detección suele ser tardía, porque puede no causar dolor ni molestias evidentes en sus primeras etapas.
“El sarcoma es una neoplasia que suele desarrollarse de manera silenciosa. No compromete órganos funcionales, sino tejidos de soporte como músculos, grasa o huesos, lo que retrasa su detección clínica. Por ello, en muchos casos, el diagnóstico no se produce necesariamente en etapas avanzadas, sino en tumores de mayor tamaño”, señala el Dr. Kelvin Allenson, cirujano oncólogo del Hospital Houston Methodist.
“La palabra sarcoma se reserva para tumores malignos de los tejidos que estructuran y sostienen el cuerpo. Es una clasificación médica que refleja tanto su origen celular como su comportamiento biológico”, explica el especialista. Una de las principales trampas del sarcoma es su naturaleza indolora. Puede manifestarse como un bulto que crece sin generar molestias, lo que lleva a muchos pacientes a ignorarlo.
“He visto personas convivir con una masa en la pierna durante años, pensando que era algo benigno. Pero un crecimiento, por más pequeño o indoloro que sea, nunca es normal”, advierte. “Como oncólogo, puedo afirmar que el cuerpo suele advertirnos, aunque no siempre con dolor. Muchos tumores, como el sarcoma, crecen sin generar molestias. Por eso es fundamental no ignorar ningún cambio físico, aunque parezca menor”, subraya el Dr. Allenson.
Atención especializada y tecnología de punta
Existen más de 100 tipos distintos de sarcoma, y cada uno se comporta de manera diferente. Los tratamientos pueden incluir cirugía especializada, radioterapia, quimioterapia, y reconstrucción plástica. “Al tratar el sarcoma cada decisión debe estar basada en datos, experiencia y precisión quirúrgica. Una de las herramientas más valiosas es el Sarculator, un sistema que permite predecir la probabilidad de recurrencia del tumor y orientar el tratamiento ideal”, detalla el especialista del Hospital Houston Methodist.
“Hay detalles técnicos que marcan la diferencia entre una intervención exitosa y una complicación futura. Por eso, los sarcomas deben tratarse desde el inicio con equipos especializados”, recalca el experto.
Investigación que transforma vidas
El Dr. Allenson explica que, “casos que en otros hospitales podrían parecer imposibles —como tumores gigantes en abdomen o sarcomas raros en zonas vitales— aquí en el Houston Methodist son tratados con éxito gracias a la coordinación de cirujanos oncológicos, plásticos y vasculares, junto a oncólogos clínicos y radiólogos.
Además, nuestro programa de ensayos clínicos oncológicos acelera el acceso a terapias de última generación”. “El sarcoma nos obliga a pensar diferente. Es uno de los pocos cánceres donde, incluso con metástasis, aún es posible la cura pero es crucial que cada paciente reciba un plan de atención personalizada”, concluye el Dr. Kelvin Allenson.