SÍNDROME DE ASPERGER, CONDICIÓN POCO CONOCIDA

“Los afectados pueden desarrollar habilidades para llevar una vida satisfactoria”.

Lorena Ríos
Bienestar
SÍNDROME DE ASPERGER

En México aproximadamente 120 mil personas viven con esta condición.

Las dificultades en la comunicación, la interrelación social, el comportamiento y la sensibilidad sensorial son las áreas en las que impacta el síndrome de Asperger. También se observa que las personas con esta condición presentan intereses restringidos, conductas repetitivas y alteraciones en la integración sensorial.

Aunque no existen cifras exactas respecto de cuántas personas padecen el síndrome de Asperger o reciben atención por este padecimiento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo describe como un trastorno generalizado del desarrollo infantil, cuya prevalencia se estima entre dos a siete personas de cada mil.

En México aproximadamente 120 mil personas viven con esta condición y la mitad de ellas llega a la edad adulta sin haber recibido un diagnóstico.

Actualmente este síndrome se considera parte de los Trastornos del Espectro Autista. La especialista en paidosiquiatría de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), Tania Vargas Rizo, detalla que las personas, aun cuando tienen una conversación fluida, pueden utilizar un lenguaje muy formal, preciso, técnico y centrado en sus temas de interés.

La especialista, adscrita a la Clínica de Autismo del Centro Integral de Salud Mental San Jerónimo (Cisame) de la Conasama, asegura que las personas con este síndrome presentan dificultades para expresar y entender emociones, bromas, chistes y los mínimos cambios les produce ansiedad.

Precisa que los problemas para entender gestos faciales y corporales que regulan la socialización y el poco tacto que expresan al interactuar con otras personas les genera dificultades significativas para hacer amistades, convirtiéndose muchas veces en gente solitaria.

Vargas informa que este síndrome se diagnostica de manera clínica antes de los tres años de vida y con la identificación completa de los síntomas. El tratamiento debe ser individualizado e integral, con un equipo multidisciplinario, que incluya actividades deportivas y culturales con otros niños. También es indispensable la participación de la comunidad, la familia y docentes para mejorar el aprendizaje escolar y lograr la inclusión social.

Además, dice, los especialistas deben realizar una evaluación para descartar depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y, si es necesario, prescribir tratamiento farmacológico.

Este trastorno es detectable desde los primeros meses de vida de los menores, cuando hay poca expresión facial; no sonríe; muestra interés por ver luces fijamente; sensibilidad a ruidos fuertes; falta de respuesta a su nombre; disminución del contacto visual; movimientos estereotipados; aleteo y, a veces, camina de puntas.

Ante estos síntomas es necesario que el bebé sea evaluado por un profesional médico. La Secretaría de Salud cuenta con unidades especializadas que ofrecen atención gratuita. La persona que desee más información puede llamar a la Línea de la Vida: 800-911-2000.

La paidosiquiatra indica que los factores de riesgo son el nacimiento prematuro, hipoxia, sufrimiento fetal, epilepsia, falta de control prenatal, gestación después de los 35 años y antecedentes familiares del síndrome.

En el Cisame San Jerónimo, desde su fundación en 2008, recibieron ya atención multidisciplinaria seis mil pacientes con algún TEA, con la participación de especialistas en paidosiquiatría, sicología, rehabilitación física, terapia de comunicación humana e integración sensorial.

Manejo integral

De igual forma, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ofrece tratamientos y servicios de apoyo para los derechohabientes con síndrome de Asperger, un trastorno del neurodesarrollo que afecta significativamente la forma en que una persona se relaciona con las demás y percibe el mundo que le rodea.

En el Seguro Social la atención integral incluye la implementación de intervenciones sicosociales con orientación para los padres en el desarrollo de habilidades de comunicación temprana, el fomento de la comunicación social e interacción, así como el acompañamiento sicológico de tipo conductual e incluso terapia ocupacional.

Puede ser necesario en algunos casos el manejo farmacológico, el cual debe ser recetado por profesionales médicos, tanto de atención primaria en Medicina Familiar como especialistas en salud mental.

Se ha demostrado que con el apoyo adecuado las personas afectadas pueden desarrollar habilidades que les permitan llevar una vida social, laboral y sentimental satisfactoria. Los padres, cuidadores y maestros pueden sospechar la posibilidad de que un menor tenga el síndrome de Asperger si observan ciertos signos, como dificultad en la interacción social, falta de reciprocidad emocional, así como patrones de comportamiento repetitivos e intereses específicos.

Se considera crucial sensibilizar a la población sobre el Asperger y otros trastornos del espectro autista. Brindar información y platicar sobre estos temas ayuda a combatir el estigma, fomenta la empatía, la comprensión y la inclusión de las personas que viven con este trastorno en todos los aspectos de la vida y así promover entornos más compasivos y equitativos.

La promoción de la educación y el apoyo adecuados puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de las personas afectadas y sus familias.

Algunas señales

Lenguaje Puede haber retraso en la adquisición del lenguaje o puede presentar un lenguaje complejo con alteración en la entonación o estereotipado, como repetir frases de una película en forma exacta.

Comunicación no verbal Tienen dificultad para seguir una conversación con normalidad, no son capaces de respetar turnos de intervención.

Expresión emocional No tienen un rango amplio o ajustado de expresión emocional. Les cuesta expresar cómo se sienten, salvo en casos extremos.

Causar molestias Pueden resultar molestos para sus interlocutores, porque cometen errores sin saberlo o invaden el espacio personal de los demás.

Empatía A menudo sienten rechazo social que no saben gestionar, porque ni siquiera son conscientes de que lo pueden haber provocado ellos. Esto deriva en incomprensión, dolor e incluso autoaislamiento.

Interacción social No saben cómo ofrecer consuelo; quizás hagan preguntas o se comporten con demasiada familiaridad fuera de casa.

Inflexibilidad Suelen ser inflexibles, les cuesta negociar, entienden mal los cambios y los imprevistos. No les gustan los juegos de imaginación, prefieren construir.

Gustos restringidos Eligen sus temas favoritos y se convierten en especialistas. Sus intereses son muy concretos y esto los limita.