Anticuerpos inducidos por vacuna podrían ser menos eficaces ante variantes del SARS-CoV-2

Como todos los virus, se espera que el coronavirus siga mutando a medida que se expande

Redacción
Bienestar
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Massachusetts General Hospital

El SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, ha mutado a lo largo de la pandemia. Han surgido nuevas variantes del virus en todo el mundo, incluyendo variantes que podrían poseer una mayor capacidad de propagación o evadir el sistema inmunitario.

Estas variantes se han identificado en California, Dinamarca, el Reino Unido, Sudáfrica y Brasil/Japón. Comprender la eficacia de las vacunas contra estas variantes es vital en los esfuerzos por detener la pandemia mundial, y es el tema de una nueva investigación del Instituto Ragon de MGH, MIT y Harvard y Massachusetts General Hospital.

En un estudio publicado recientemente en Cell, Alejandro Balazs, PhD, miembro principal de Ragon, descubrió que los anticuerpos neutralizantes inducidos por las vacunas de Pfizer y Moderna contra el COVID-19 eran significativamente menos eficaces contra las variantes descritas por primera vez en Brasil/Japón y Sudáfrica.

El equipo de Balazs utilizó su experiencia en la medición de los anticuerpos neutralizantes del VIH para crear ensayos similares para el COVID-19, comparando la eficacia de los anticuerpos contra la cepa original frente a las nuevas variantes.

“Pudimos aprovechar la capacidad única de alto rendimiento que ya existía y aplicarla al SARS-CoV-2,” dice Balazs, que también es profesor adjunto de Medicina en la Facultad de Medicina de Harvard e investigador adjunto en el Departamento de Medicina de Mass General.

“Cuando probamos estas nuevas cepas contra los anticuerpos neutralizantes inducidos por la vacuna, descubrimos que las tres nuevas cepas descritas por primera vez en Sudáfrica eran de 20 a 40 veces más resistentes a la neutralización, y las dos cepas descritas por primera vez en Brasil y Japón eran de cinco a siete veces más resistentes, en comparación con el virus original del SARS-CoV-2”, dijo el investigador.

Los anticuerpos neutralizantes, explica Balazs, actúan uniéndose fuertemente al virus y bloqueando su entrada en las células, impidiendo así la infección. Como una llave en una cerradura, esta unión sólo se produce cuando la forma del anticuerpo y la del virus coinciden perfectamente. Si la forma del virus cambia en el lugar en el que el anticuerpo se une a él - en este caso, en la proteína de pico del SARS-CoV-2 - entonces, es posible que el anticuerpo ya no sea capaz de reconocer y neutralizar tampoco el virus. El virus se describiría entonces como resistente a la neutralización.

“En particular,” dice Wilfredo García-Beltrán, MD, PhD, médico residente del Departamento de Patología de Mass General y primer autor del estudio, “descubrimos que las mutaciones en una parte específica de la proteína de pico llamada dominio de unión al receptor tenía más probabilidades de ayudar al virus a resistir los anticuerpos neutralizantes”.

Las tres variantes sudafricanas, que fueron las más resistentes, compartían tres mutaciones en el dominio de unión al receptor. Esto puede contribuir a su alta resistencia a los anticuerpos neutralizantes.

Actualmente, todas las vacunas contra el COVID-19 aprobadas funcionan enseñando al organismo a producir una respuesta inmunitaria, incluidos anticuerpos, contra la proteína de pico del SARS-CoV-2. Aunque la capacidad de estas variantes de resistir a los anticuerpos neutralizantes es preocupante, no significa que las vacunas no serán eficaces.

“El cuerpo tiene otros métodos de protección inmunitaria además de los anticuerpos,” dice Balazs. “Nuestros hallazgos no significan necesariamente que las vacunas no prevengan el COVID, sólo que la parte de la respuesta inmunitaria llevada a cabo por anticuerpos puede tener problemas para reconocer algunas de estas nuevas variantes.”

Como todos los virus, se espera que el SARS-CoV-2 siga mutando a medida que se expande. Comprender qué mutaciones tienen más probabilidades de permitir que el virus eluda la inmunidad derivada de la vacuna puede ayudar a los investigadores a desarrollar vacunas de nueva generación que puedan proporcionar protección contra las nuevas variantes. También puede ayudar a los investigadores a desarrollar métodos preventivos más eficaces, como vacunas ampliamente protectoras que funcionen contra una amplia variedad de variantes, independientemente de las mutaciones que se desarrollen.

Acerca del Instituto Ragon
El Instituto Ragon de MGH, MIT y Harvard se creó en 2009 con una donación de la Fundación Phillip T. y Susan M. Ragon, con una misión científica de colaboración entre estas instituciones para aprovechar el sistema inmunitario para combatir y curar las enfermedades humanas. Centrándose en las enfermedades infecciosas globales, el Instituto Ragon atrae a científicos, clínicos e ingenieros de diversas procedencias y áreas de especialización para estudiar y comprender el sistema inmunitario con el objetivo de beneficiar a los pacientes.