La mielofibrosis es un tipo de cáncer agresivo, ya que el tejido blando de la médula es reemplazado por tejido cicatrizante, lo que disminuye la producción de los glóbulos rojos, blancos y de plaquetas. Por lo general se desarrolla lentamente. Algunas personas pueden vivir sin síntomas durante años. Otras, pueden empeorar en forma progresiva y requerir tratamiento.
Entre los principales síntomas y signos se encuentran el aumento de tamaño del bazo (esplenomegalia) que puede causar molestias abdominales, sensación de llenura, falta de apetito y anorexia y esto a su vez provocar una pérdida de peso, anemia, fatiga, piel pálida, entre otros.
“En México, se desconoce el número aproximado de personas que viven con esta enfermedad. No hay datos fidedignos para estimar su incidencia, ni prevalencia. De ahí la importancia de darla a conocer e invitar a la gente a acudir con un profesional de la salud para su diagnóstico y tratamiento. En otros países, se estima que la incidencia anual de la mielofibrosis es de 0.7 casos nuevos por cada 100 mil habitantes, aunque no se tiene certeza del dato”, expuso la doctora Mafalda Hurtado, Directora Médica de Novartis Oncología México.
La especialista agregó que “el objetivo de llevar a cabo la segunda edición del NOS 2021 es continuar actualizando a los oncólogos y hematólogos del país en el sentido de enfrentar los retos para diagnosticar este tipo de enfermedades en el sistema de salud mexicano y a su vez poner a su alcance los datos más relevantes y actualizados en el tema de tratamientos innovadores como los inhibidores de la cinasa JAK”.
Esto con base en los resultados de los estudios clínicos COMFORT-I y COMFORT-II (COntrolled MyeloFibrosis Study with ORal JAK Inhibitor Treatment) realizados en Estados Unidos y en Europa, lo cuales realizaron la comparación entre el inhibidor de la cinasa JAK vs placebo y vs el mejor tratamiento disponible para la mielofibrosis de riesgo intermedio y riesgo alto, en los cuales se observó una reducción significativa del crecimiento del bazo (esplenomegalia), una mejor tasa de supervivencia global y una notoria mejoría en la calidad de vida.
En relación con el diagnóstico, las Guías de la Red Nacional Integral del Cáncer, de la European Leukemia Net y de la Organización Mundial de la Salud recomiendan realizar una biopsia de médula ósea para el diagnóstico de esta enfermedad, además de buscar la presencia de mutaciones, con el fin de brindar un tratamiento personalizado a los pacientes que permita mejorar su calidad de vida.
Dado que los pacientes con mielofibrosis avanzada que no son candidatos a trasplante de médula ósea (o células hematopoyéticas), por edad avanzada o por falta de un donador compatible, el tratamiento actual recomendado son las terapias dirigidas, que ayuden a reducir el tamaño del bazo y ataquen la mutación genética que provoca la mielofibrosis, refirió la especialista.
El tema se abordó en el InNovation Oncology Summit 2021 (NOS 2021); congreso 100% virtual organizado por Novartis Oncología; que busca dirigir la conversación a la importancia de diagnosticar la mielofibrosis, que se desarrolla lentamente y puede ser silenciosa por años, lo que provoca que la enfermedad progrese de manera grave y afecte la calidad de vida de la persona.