MÉXICO ENFRENTA COVID-19 Y DENGUE AL MISMO TIEMPO

No se alcanza todavía el punto máximo de contagios de coronavirus.

Man with cold sitting on sofa with thermometer in mouth. Man at home sick with flu, taking his temmperature
Lorena Ríos
Bienestar
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A dos semanas de la nueva normalidad y en la fase más crítica, México enfrenta a la par dos epidemias que provocan síntomas muy parecidos, como fiebre, malestar general y dolor de cabeza: Covid-19 y dengue, ambas enfermedades producidas por virus, aunque en el segundo caso ya existe una vacuna.

Y a este escenario se sumará en octubre próximo la influenza, enfermedad endémica que también afecta las vías respiratorias de personas mayores de 65 años y aquellas con un sistema inmunitario deficiente por enfermedades crónicas no transmisibles.

Hasta el momento las cifras por coronavirus no descienden; por el contrario siguen una línea ascendente y alcanzan ya las 144 mil personas afectadas y las pérdidas humanas llegan a 17 mil decesos en una población de 127 millones de habitantes.

A esto hay que añadir que diez mil mexicanos se han infectado de dengue por la picadura del mosquito Aedes aegypti, principalmente en Veracruz, Jalisco, Tabasco, Guerrero y Nayarit.

Sin duda se trata de un enorme reto para el sistema de salud en México y demandará la participación de la población ya que existen medios de prevención de las enfermedades y sus complicaciones que resultan sencillos y efectivos: lavado de manos, estornudo de etiqueta, distanciamiento social, uso correcto de cubrebocas, evitar la automedicación, acudir al médico al presentar síntomas y, en el caso de dengue, acceder a la vacuna, evitar los contenedores de agua, cacharros en los patios y en los techos. De hacerlo los riesgo de presentar las enfermedades serán menores y la reactivación económica será efectiva y estable.

En momentos en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la pandemia empeora en América Latina y el resto del planeta, a excepción de Europa, las autoridades sanitarias mexicanas coinciden en que no se alcanza todavía el punto máximo de contagios de coronavirus SARS-CoV-2, que provoca el Covid-19, por lo que en las próximas dos semanas el país estará todavía en “alto riesgo de contagios”. De ahí que exhorten a la población mexicana a mantener las medidas de higiene y sana distancia.

Aunque el semáforo en todo el país se encuentra en rojo, el mensaje optimista lo dio el secretario de Salud, Jorge Alcocer: “El sector salud trata de salvar vidas y atender a personas en necesidad, a pesar de que la epidemia en nuestro país se mantiene estable y va hacia la baja, aunque sea lentamente; hay indicadores de ello”.

Alcocer resaltó que las medidas de confinamiento han logrado evitar tres millones 100 mil fallecimientos por Covid-19 en el mundo, de acuerdo con una publicación en la revista científica Nature.

De tal manera que el quedarse en casa y la sana distancia han logrado salvar también la vida de miles de mexicanos, destacó el funcionario.

Reactivación paulatina

En estas condiciones México ya dio los primeros pasos rumbo a la reactivación paulatina, con la venia de las autoridades sanitarias.

Así, el sector hotelero y de recreación arranca de nuevo labores a 25%, lo mismo que restaurantes con servicio a domicilio, peluquerías a domicilio y parques, pero sin acceso a las áreas infantiles. Supermercados y tianguis reabren a 50% y se autoriza la realización de partidos deportivos a puerta cerrada.

En el caso de cines, teatros, gimnasios, museos, centros comerciales, iglesias, bares, cantinas, salones de fiesta y conciertos, se consideró que todavía no existen condiciones para su reapertura, por lo que dichas actividades deberán seguir más tiempo inactivas.

La reanudación de las actividades deberá darse de manera gradual y ordenada para evitar “el riesgo de perpetuación o prolongación de la pandemia de coronavirus”.

Y es que en el Valle de México no se llega todavía a su máximo nivel de contagios ni a la meseta de intensidad epidémica y de decesos, si bien a nivel nacional el comportamiento de la epidemia de Covid-19 presenta una disminución de 41% de presencia en Sonora, Hidalgo, Querétaro, Yucatán y Guerrero, en tanto que Morelos se encuentra en una situación estable. Pero se reportan incrementos de casos en Durango, Jalisco, Guanajuato, Coahuila, Aguascalientes y Nayarit.

De acuerdo con estimaciones del Institute for Health Metrics and Evaluations de Estados Unidos el número de muertes acumuladas en México por Covid-19 podría alcanzar los 51 mil 912 para el mes de agosto, mientras que las autoridades sanitarias pronostican que la cifra de muertos llegaría a 30 mil.

Oleadas

El país tiene un futuro asociado con el Covid-19 hasta que aparezca una vacuna, la cual no se tiene en un horizonte cercano, por lo que el comportamiento de la sociedad establecerá el ritmo de transmisión.

Por ello la población deberá acomodar su vida de una manera responsable, expuso Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“El tamaño de cada uno (rebrote) dependerá de la agilidad de las instituciones y de los gobiernos para ir desarrollando medidas de contención y mitigación, pero vamos a vivir con el virus de hoy en adelante. No quiere decir que estemos confinados: vamos a tener que aprender a sobrellevar esta relación y que se minimice el riesgo. Volveremos a clases, a trabajar, a salir, a convivir en circunstancias diferentes y tendremos presente siempre el riesgo”, subrayó.

El experto descartó que por medio de los modelos universitarios se pueda realizar una predicción certera ya que todo depende del movimiento que tenga la sociedad: si se prevé una disminución en dos semanas y la gente deja de respetar las medidas, la visión a futuro cambia.

Insistió en señalar que esta situación mundial debe aprovecharse para desarrollar mejores sistemas de vigilancia, ampliar la capacidad de atención médica, al igual que impulsar el desarrollo de la investigación científica, la cual requiere de presupuesto y apoyo suficiente.

Higiene y más

En la nueva normalidad Paola Castillo Juárez, especialista en virología de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, resalta la importancia de continuar con las acciones básicas de higiene, que son lavado constante de manos, estornudo de etiqueta, uso de cubrebocas y aplicación de gel antibacterial en las manos. “Se deben mantener las medidas sanitarias y no bajar la guardia ante la pandemia”, puntualiza.

Recomienda además a las personas que se reincorporaron a sus actividades contar con un espacio sanitizante a la entrada de casa, en el que se coloque un tapete o jerga impregnada de cloro diluido a 1% o agua jabonosa para limpiar los zapatos y de ser posible rociarlos con la sustancia desinfectante elegida.

Precisa que antes de ingresar al hogar la persona se debe rociar la ropa con alcohol a 70% o con cloro a 1%; posteriormente se debe desprender de ella y remojarla en un recipiente con jabón o con cloro a 1% durante un día. “Al ingresar es muy importante no tocar nada y lavarse las manos, de acuerdo con el protocolo establecido, la cara y las partes descubiertas del cuerpo”, indica.

Adicional a esto la viróloga apunta que es importante procurar el uso de camisas o blusas de manga larga, pantalones y no utilizar corbata ni accesorios como aretes, collares y anillos, debido a que son fuente de contagio. Asimismo advierte sobre la importancia de que los varones se rasuren la barba y el bigote y las mujeres se recojan el cabello.

Castillo insistió en que la nueva normalidad no significa que se pueda salir libremente a las calles sin protección. “Las personas vulnerables (diabéticos, hipertensos, con obesidad o enfermedades crónicas) deben estar resguardadas y quienes no tengan que salir a trabajar de acuerdo como lo estableció la autoridad, quédense en casa. Cuidémonos y luchemos juntos contra el coronavirus”.

Trauma Vicario

En la presente cuarentena por Covid-19 existen quienes presentan trauma Vicario, el cual se produce cuando una persona se encuentra en contacto constante con historias o eventos de dolor y sufrimiento. Los síntomas pueden llegar a ser parecidos al de estrés postraumático, en especial, ansiedad y angustia, indica Juan Carlos Hurtado Vega, sicoterapeuta de la Clínica de Bienestar Universitario de la Universidad Iberoamericana.

El especialista dice que esta condición puede presentarse en el personal de salud y en aquellos que no están en primera línea de la lucha contra la pandemia pero sí se desenvuelven en ambientes de riesgo (como hospitales). Es decir, aquellas personas que no padecen coronavirus pero sí están cerca del fenómeno por su trabajo o su imposibilidad de quedarse bajo resguardo (policías, personal de servicios, periodistas, entre otros).

“Lo que vemos en enfermeros y médicos es que una vez que terminan su jornada y regresan a sus casas es posible que experimenten síntomas como pesadillas, dolor de cabeza o cansancio extremo, que lleguen a su mente escenas de dolor y muerte, desconcentración y ansiedad”, explica Hurtado.

En este sentido señala que el tratamiento para estas personas es evitar el exceso de exposición a información ya que de esta forma no se necesitará una intervención específica, a diferencia del estrés postraumático, cuya atención requiere terapia sicológica y en algunos casos una intervención siquiátrica con medicamentos.

RECUADROS

Síntomas de Covid-19

Fiebre.

Tos seca.

Cansancio.

Molestias y dolores.

Dolor de garganta.

Diarrea.

Conjuntivitis.

Dolor de cabeza.

Pérdida del sentido del olfato o del gusto.

Erupciones cutáneas o pérdida del color en los dedos de las manos o de los pies.

Dificultad para respirar o sensación de falta de aire.

Dolor o presión en el pecho.

Incapacidad para hablar o moverse.

Síntomas de dengue

Fiebre.

Dolor de cabeza.

Dolor en músculos, huesos y articulaciones.

Náusea.

Vómitos.

Dolor detrás de los ojos.

Glándulas inflamadas.

Erupción cutánea.

Síntomas de influenza

Fiebre.

Escalofríos.

Tos.

Dolor de garganta.

Secreción o congestión nasal.

Dolores musculares o corporales.

Dolores de cabeza.

Fatiga.

En algunas casos vómito y diarrea, aunque esto es más común en niños que en adultos.

Fuentes: OMS, CDC de EU y SSA

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