“No eres tú, soy yo”. Retirarse sin lastimar

En la comunicación asertiva existe el derecho a decir no, sin sentirse culpable

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Concepción Morales
Lorena Ríos
Bienestar
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Cuando una de las partes en una relación decide poner fin a la misma, pero desconoce cómo hacerlo, utiliza la frase: “No eres tú, soy yo”, la cual se ha convertido en una especie de pretexto, argumento o estrategia, para intentar disolver un vínculo amoroso en el cual la persona ya no se siente a gusto, en el que ya no quiere a la persona, o los problemas de ambos los ha rebasado, al grado de que ya no desea estar junto a la pareja.

El problema es que, además de no saber cómo decirle a la persona que ya no se quiere seguir en la relación, se busca no lastimarla. “No quieren sentir culpa de que la persona se quede sufriendo. El asunto es que se tendría que complementar con “retirarse sin lastimar”, y para lograrlo tenemos que pensar en el amor adulto y la responsabilidad afectiva, mencionó el doctor Manuel Hernández, director de Descubriéndote, clínica y consultoría en salud emocional.

Explicó que el amor adulto implica tener esta posibilidad de hablar las cosas. De poder expresar los sentimientos, de validar tanto los sentimientos de la pareja como los propios, en el sentido de que ambos son importantes. Ambos son valiosos, pero también existe el derecho a estar donde se quiere estar.

“El problema es que hablar a este nivel de sinceridad, requiere mucha madurez, requiere fortaleza emocional, y claridad en aquello que es legítimo, y como en la realidad esto no sucede, echamos mano de otras cosas, como el ghosting (desaparecer, no contestar mensajes ni llamadas) y lamentablemente esta forma deja a la otra parte muy mal, las deja con mil preguntas. Se preguntan en qué fallé, qué hice mal, no soy valiosa, no soy suficientemente bueno para que me abandonen sin decir nada”, explica el especialista en salud emocional.

Recordó que hay una frase que se utiliza desde hace mucho tiempo y es “hasta que la muerte los separe” y esa frase debería ser “hasta que la muerte del amor los separe”, sobre todo en esta evolución que viene ocurriendo con los vínculos amorosos, que prácticamente se han vuelto desechables.

Manuel Hernández, director de Descubriéndote, espacio que celebra su cuarto aniversario de ofrecer servicios de salud emocional señaló que “en la comunicación asertiva existen los derechos asertivos, uno de ellos es el derecho a decir no, sin sentirme culpable. Otro de ellos es tengo derecho a expresar mis sentimientos, mis emociones y soy responsable de qué digo y cómo lo digo. Y hay un tercero, tengo derecho a cambiar de opinión, y esto implica a decir que pude haberme casado con una persona, y al paso del tiempo la relación se desgastó, tomamos caminos diferentes, alguien creció más, algo ocurrió en la relación y llega un punto en el que se piensa, ‘ya no soy de aquí, ya no quiero estar aquí’, y a pesar de que se comprometió la persona, de que firmó documentos, tiene derecho a decir ya no quiero continuar en esa relación”.

Las 5 señales que indican que la relación va en picada
El especialista fue directo: Cuando hay un distanciamiento evidente; cuando la vida sexual desaparece de manera significativa; cuando los conflictos y las discusiones ya no llegan a buen puerto, al contrario, te llevan al punto de dejarte de hablar por días, o incluso por semanas; cuando ya empiezas a tener otro tipo de planes por tu cuenta y cuando ya no consideras a tu pareja en nada.

¿Cuál es la recomendación para las parejas que están en esta situación?
“Una terapia de pareja tiene una entrada y dos posibles salidas. La entrada tenemos un problema que ya nos rebasó, superó nuestras habilidades de negociación, de llegar a acuerdos, la capacidad de resolver conflictos, y por tanto necesitamos la ayuda de un experto o de un especialista. Y en el camino de la terapia, uno o ambos, pueden descubrir que esa relación ya tronó, y por más que se intente ya no volverá a ser lo de antes o levantar el vuelo”, menciona el especialita.

Prepararnos para una separación lo menos dolorosa posible
“Y el segundo camino, es que con la terapia descubren que había mucho que rescatar y se puede replantear la relación. Entonces se trabaja en que existan nuevos acuerdos, que se eviten las expectativas, que se empiece a ver al otro como persona, y eso implica que se debe entender que tiene una forma de ser, una personalidad, una serie de códigos y que así se eligió”.

¿Los mexicanos idealizamos las relaciones?
“Si bien el mexicano tiene una tendencia más hacia los fraterno, hacia la familia muégano, en ningún lado nos escapamos de los efectos del enamoramiento, y de ese amor romántico como se le llama, donde la dopamina se eleva, eso hace que haya mucha motivación, se pierda la capacidad de juicio y entonces empezamos a ver a esa persona como alguien maravilloso, extraordinario, y entonces dejamos de ver a la persona como es en realidad”, de ahí que cuando empieza a disminuir la emoción, empiezan a descubrir “los defectos”, los cuales siempre han estado ahí, a la vista.

El especialista recomendó a las personas que se encuentran enamoradas o que están en un proceso de conocer a una nueva pareja, debe observar cómo se desenvuelve con sus amistades, con sus compañeros de trabajo, con su familia. Ahí la persona está relajada y baja sus defensas, ahí fluye de manera natural, y así es como en esos ambientes, lo será con la nueva pareja”.

¿Cómo influyen las redes sociales en la forma de hacer y consolidar relaciones?
El temas de las redes sociales está de moda, hay muchas Apps para conseguir pareja, lo que hacen es poner una especie de catálogo, donde la persona tiene la posibilidad de poner sí, no, sí, no, entonces en comparación con décadas atrás, las condiciones no te permitían conocer muchas parejas, eso hacía que hubiera un compromiso mayor. “Ahora, por mínimos detalles las relaciones se rompen, ‘no me gusto esto, no me pareció aquello, me chocó tal actitud, entonces el que sigue’, y llega un momento en que ya no hay compromiso, ni disposición para trabajar en el amor, en la construcción de un vínculo”, detalló.

“Hay muchas personas que han encontrado el amor en este tipo de redes sociales, y un porcentaje cercano al 34%, pero el resto son atropellos, fracasos, porque se encuentran diversas personalidades, no digo que no se encuentre la relación adecuada, pero es muy complicado. Y hay que entender esto cuando se utilizan estas herramientas para conseguir un compañero o compañera”, resaltó el especialista.

¿Cuando ya sucede el rompimiento qué les aconseja a éstas parejas?
“No es lo mismo que tú pidas que se rompa la relación, a que te pidan que se rompa, cuando tú lo pides es más “sencillo” se pasa por una etapa de duelo, donde vas a irte liberando de las emociones que se vivieron en la relación. Creo que ahí es importante revisar qué falló, qué faltó, qué ocurrió, qué hico que la relación no prosperara, porque si logro obtener cierto aprendizaje en ese atropello, sabemos que hay segundos y hasta terceros matrimonios, una de las razones por las que te vas al tercero o incluso cuarto matrimonio es porque no has aprendido nada de lo que ha pasado en las anteriores relaciones, ese es el problema, no nos damos el tiempo, de esperar a que nuestro corazón sane, cuando ya está empezando otra relación”, reveló.

Cuando una de las partes dice no, tiene el derecho a retirarse, tiene derecho a buscar sui felicidad en otro lado, y bajo esa premisa, a la persona que se queda le toca igual, debe darse el tiempo para aprender de ello, qué fue lo que falló y recuperarse y no empezar rápidamente otra relación amorosa.

Por último, destacó que “la sociedad hoy en día debe recuperar ciertos valores y entre ellos el respeto por el otro, el cuidado por el otro. Esa parte se ha ido perdiendo. Hoy estamos en una actitud hedonista, egocéntrica, donde solo pensamos en nuestra gratificación personal e inmediata, en ese sentido, de pronto se nos olvida que el otro también siente, que el otro recibe un impacto con mis acciones, y si se rescata algo de esto, las rupturas amorosas podrían ser menos dolorosas”.