El próximo 29 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Corazón, que busca concientizar acerca de las enfermedades cardiovasculares, mismas que constituyen la primera causa de muerte en Latinoamérica, reportando más de 1.6 millones de muertes anualmente.
En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante el 2019 se presentaron 149 mil 368 muertes por causas cardiovasculares, lo que corresponde aproximadamente al 20.7 % de todas las defunciones del país.
Existen varios factores de riesgo para desarrollar eventos vasculares (incluyendo accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos) que pueden ser modificados, pero la reducción del colesterol “malo” (LDL, por sus siglas en inglés) es uno de los que más impacta. Más de 200 estudios con más de dos millones de pacientes han establecido ampliamente que el colesterol “malo” (LDL) causa eventos cardiovasculares.
En México, casi la mitad de los adultos, el 46 %, tienen niveles altos de colesterol “malo” (LDL>130 mg/dl)., las entidades que muestran los mayores números de población con este padecimiento son: Tamaulipas, Chihuahua, Baja California, Quintana Roo, Baja california Sur, Jalisco y Sinaloa.
Cada año, los ataques al corazón o accidentes cerebrovasculares afectan a 30 millones de personas a nivel mundial que pierden la habilidad de disfrutar la vida al máximo; mientras que 1 de cada 20 mueren y 1 de cada 3 tendrá un evento cardiovascular posterior al primer evento.
De acuerdo con una encuesta realizada por Amgen en 2019, el 97% de los sobrevivientes de ataques cardíacos dicen estar tomando al menos una acción clave para tratar de reducir su riesgo, y el 75% ha hablado con su médico sobre el peligro de otro evento. Sin embargo, la confusión permanece cuando se trata de reducir el colesterol. Un tercio, no sabe cuáles deberían ser sus niveles de colesterol idóneos y el 44% no lo controla regularmente. Así, sólo uno de cada cinco sobrevivientes a quienes se les ha dicho que tienen C-LDL alto, lo consideran un factor de riesgo principal para otro evento.
“Por ello mantener los niveles de colesterol “malo” (LDL) dentro del rango idóneo es de suma importancia. Si sabemos que en nuestra familia hay antecedentes de estas enfermedades o tenemos factores de riesgo, como mala alimentación, sedentarismo, tabaquismo, obesidad, entre otros, debemos realizar un chequeo regular con nuestro médico de cabecera para conocer nuestros niveles de colesterol. Acudir al médico con prontitud significaría reducir el riesgo de sufrir algún accidente cardiovascular” indicó el Dr. Max Saráchaga, Director Médico de Amgen.
De acuerdo con la American Heart Association, en personas menores a 19 años, el nivel recomendable de colesterol total es de 170 mg/dL con una concentración de LDL menor a 100 mg/dL; en personas de 20 años o más, el nivel saludable de colesterol total se encuentra entre 125-200 mg/dL con una concentración de LDL menor a 100 mg/dL. El colesterol es típicamente asintomático y puede ser genético, aunque suele ser el resultado de un estilo de vida poco saludable – mala alimentación, obesidad IMC>30, sedentarismo y tabaquismo – y de factores subyacentes como la edad y padecer diabetes.
Sin embargo, y de acuerdo con las guías más recientes de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) y la Sociedad Europea de Aterosclerosis (EAS) las cifras recomendadas de colesterol “malo” LDL en pacientes de muy alto riesgo deben situarse por debajo de 55 mg/dL; y en pacientes de alto riesgo, los niveles de colesterol “malo” (LDL) deben ser inferiores a 70 mg/dL.
Sabemos de antemano que en condiciones “normales” la población mexicana se encuentra en un riesgo latente de desarrollar afecciones cardiovasculares graves relacionadas a su estilo de vida sedentario, a la obesidad y sobrepeso que ataca al 75.2 % de la población, y a la diabetes, pues en nuestro país más del 20% de la población la padece. Y hoy, en condiciones de semi - confinamiento, estos riesgos se incrementan pues el cambio en el ritmo de vida es evidente e inevitable.
El Covid-19, sin duda ha venido a reinventar la forma en la que la gente y los pacientes conviven en su entorno, lo que también significaría cuidarse a sí mismos en las difíciles condiciones que les supone el resguardo. Esta enfermedad supone un riesgo directo y muy significativo para los pacientes con altos niveles de colesterol. En diferentes estudios recientes relacionados al Covid-19, se identifica a la obesidad y a los altos niveles de colesterol como factores de riesgo que podría empoderar el virus para complicar la salud del paciente en cuestión, además el virus podría conducir a eventos cardiovasculares, como un ataque cardiaco en personas sin antecedentes de ECV´s.
Hablando de complicaciones cardiovasculares se estima que el 23% de los pacientes hospitalizados por Covid-19 han experimentado complicaciones cardiovasculares severas. mientras que entre el 8% - 12% han experimentado algún tipo de lesión cardiaca aguda.
Las personas con ECVs o factores de riesgo cardiovasculares preexistentes que se enferman de Covid-19 tienen un peor pronóstico que aquellos sin enfermedad subyacente. Es probable que este empeoramiento rápido de la salud cardiovascular se deba a una combinación de la enfermedad viral grave o a mayores demandas en el corazón agravadas por los bajos niveles de oxígeno.
Controlar el índice de colesterol ahora más que nunca es esencial y para algunos pacientes que corren un alto riesgo, las estatinas y otras terapias tradicionales para la disminución de lípidos, no siempre son suficientes para reducir el alto nivel de colesterol “malo” (LDL). Los pacientes deben mantenerse en comunicación con su médico tratante en todo momento y monitorear regularmente sus niveles a través de una prueba de lípidos en sangre.
En dado caso que el paciente esté fuera de los rangos idóneos -dependiendo de su historial médico, factores de riesgo, entre otros- deberá realizar junto con su médico un plan de tratamiento, que puede incluir cambios en el estilo de vida, alimentación, actividad física, dejar de fumar, etc., así como tratamientos con medicamentos como las estatinas y los inhibidores de PCSK9.
“Los inhibidores de PCSK9, un tratamiento biotecnológico de última generación, son un gran aliado para el tratamiento en pacientes que no pueden llegar a sus niveles idóneos de colesterol “malo” (LDL). Los inhibidores de PCSK9, han demostrado disminuir el colesterol “malo” hasta en un 63 %, reduciendo el riesgo de un ataque cardiaco y derrame cerebral en un 27 %,” finalizó Saráchaga.
Amgen continúa trabajando en desarrollar tratamientos para diferentes enfermedades, a través de la innovación científica, que brindan grandes beneficios clínicos que no sólo ayudan a los pacientes, sino que apoya a reducir la carga social y económica de los padecimientos en las comunidades en las que se encuentra presente.