LA ESCASEZ DE CHIPS AFECTA A LA CADENA MUNDIAL DE SUMINISTROS

Arturo Moncada
Ciencia
Cars stand on the conveyor line of assembly shop. Automobile pro

Se encuentran en aparatos electrodomésticos, en smartphones, en televisores inteligentes, en automóviles, en tabletas, en laptops, en computadoras de escritorio, etcétera: son prácticamente el corazón de todos los productos digitales que nos rodean.

Hablamos de los circuitos integrados conocidos como chips y microchips que se han convertido en piezas imprescindibles en toda la tecnología que marca nuestra vida.

Sin embargo, a partir del año pasado se comenzó a registrar un desabasto de estas importantes piezas electrónicas y actualmente escasean en todo el mundo.

La falta de circuitos integrados provoca un efecto dominó a nivel mundial, afectando a importantes cadenas de producción de empresas automotrices, electrodomésticos y smartphones. Y en consecuencia también a sus consumidores.

Desabasto

En entrevista, Ignacio Mártil, catedrático de Electrónica de la Universidad Complutense de Madrid, responde a nuestras dudas sobre el tema.

—¿Qué provoca este desabasto?

—Hay razones tanto de corto como de largo plazo. Las de corto plazo son consecuencia directa de la pandemia, es decir, cuando comenzó la crisis sanitaria de coronavirus el mundo cerró, nos metimos todos en casa y una gran mayoría de personas comenzó a comprar masivamente dispositivos para seguir trabajando, estudiando o pasar el tiempo. Tal cantidad de demanda puso una enorme presión sobre los fabricantes de circuitos integrados, que afectó la producción mundial.

Añade que “cuando el mundo inició su reapertura las empresas que habían cerrado, por ejemplo las fábricas de automóviles, comenzaron de nuevo a demandar chips y resultó que se tuvieron que poner al final de la fila porque la demanda estaba disparada y la oferta no daba abasto. Eso a grosso modo. Por otra parte, las causas de largo plazo se presentan desde principios de siglo: la capacidad de fabricación de circuitos integrados de altas prestaciones se colocó cada vez más en manos de menos fabricantes. ¿Por qué? Porque fabricar circuitos integrados es muy caro y no todos son capaces de seguir el ritmo y estar actualizados.

—Es decir que a pesar de que existen a nivel mundial un gran número de fábricas de circuitos integrados no todas están capacitadas para desarrollar chips de alta tecnología…

—Si bien hay fábricas de circuitos integrados distribuidas por todo el mundo, no todas son capaces de fabricar chips o microchips de altas prestaciones. En particular los que necesitan los teléfonos inteligentes, las computadoras portátiles o las tabletas. Hoy por hoy solo existen tres capaces de hacerlo. Una se ubica en Taiwán, la Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, o TSMC; otra en Corea del Sur, a la que mucha gente conoce y es Samsung; y otra en Estados Unidos, que es Intel.

Impacto

El principal impacto de la crisis de los circuitos integrados recae en el sector automotriz. Los grandes constructores de automóviles han tenido que activar paros parciales o totales en las líneas de producción de las fábricas ante la falta de componentes.

A nivel mundial marcas como Ford, Renault, General Motors, Volkswagen y otras anunciaron en marzo pasado reducciones de producción que apuntan a pérdidas millonarias en la industria este año, así como recortes de personal.

En el sector de los electrodomésticos y empresas de Tecnologías de la Información también se registra una escasez de chips que provoca una reducción importante en su producción.

Por otro lado hay factores económicos, como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, cuyos gobiernos han impuesto diferentes sanciones y vetos para las empresas tecnológicas rivales que también afectan las cadenas de suministro. Destaca entre ellas la que aplicó Washington a Huawei para que deje de utilizar tecnologías estadunidenses.

Como consecuencia los fabricantes de chips han tenido que diseñarlos y fabricarlos mediante otras vías. Huawei por su parte compra a granel a los fabricantes y no según la demanda, lo que provoca que otros fabricantes tengan dificultades para lanzar sus productos al no haber suficientes chips.

A todo esto se añade un cúmulo de factores que provoca un cuello de botella que los analistas no ven posible resolver a corto plazo. Entre los imprevistos está el incendio en marzo de una de las pocas fábricas de microchips de última generación que existen en el mundo, ubicada en Naka, Japón, propiedad del fabricante de chips Renesas.

—¿Hay alternativas para estos microchips?

—Hoy por hoy no existe ninguna. En el caso del sector automotriz se suma que los fabricantes de chips lo que hacen es dar prioridad a los productos que les procuran mayor rentabilidad. ¿Cuáles son? Los chips para teléfonos inteligentes, las tarjetas gráficas y las videoconsolas, porque cuestan por arriba de los 450 a 550 dólares aproximadamente, mientras que los chips necesarios para los automóviles son muchísimo más baratos.

Fábricas

En un intento por evitar la dependencia de chips respecto de Asia la Unión Europea (UE) anunció hace unos meses que considera realizar la fabricación de semiconductores directamente en territorio europeo, en alguno de los Estados miembros. La idea es llegar a un acuerdo con alguno de los grandes fabricantes, como TSMC y Samsung, para montar una fábrica. Sin embargo hasta el momento no hay ningún proyecto concreto.

El plan de la UE no es el único. Otras regiones, como Estados Unidos, China o Japón también apuestan desde hace unos años a incrementar la producción local.

Todo ello con el objetivo de diversificar la producción y en consecuencia estar más preparados ante imprevistos y no tener una dependencia tan grande respecto de una o dos empresas.

En abril el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció 50 mil millones de dólares para impulsar la fabricación de semiconductores en su país.

El gigante alemán Bosch inauguró a principios de junio una fábrica de semiconductores en la ciudad de Dresde, con la que pretende autoabastecerse para sus componentes destinados a la industria automotriz. Esto supone 60% de la facturación total del grupo a nivel mundial.

Mark Liu, presidente de TSMC, señaló que si bien 75% de las empresas estadunidenses depende de los proveedores asiáticos de chips esto “no se trata de Asia o no Asia, porque habrá escasez sin importar dónde se ubique la producción”.

Gran parte del desabasto “se debe a la pandemia que aún continúa”, indicó.

Ignacio Mártil señala que “si bien muchos analistas esperan que para el primer semestre de 2022 la escasez que afecta al mercado automóvil puede aminorarse, esto no significa que se revierta”.

Y agrega que la idea de montar más fábricas no resuelve el problema actual ni a corto ni a mediano plazo, porque desde que se toma la decisión de crear una empresa de este tipo hasta que esta coloca en el mercado sus productos pasan por lo menos tres años.

RECUADRO

Pérdidas

La consultora AlixPartners prevé que la escasez de chips le cueste a la industria automotriz mundial 110 mil millones de dólares en ingresos en 2021. La previsión es 81.5% superior a la hecha a finales de enero, por 60 mil 600 millones de dólares.

Apple estima que podría perder entre tres mil y cuatro mil millones de dólares en ventas durante el primer trimestre por la escasez de chips, que impide que venda miles de iPads y de computadoras Mac.

Samsung señala que sus ventas de pantallas para fabricantes de móviles se han visto perjudicadas porque no puede conseguir los chips que necesitan.