Ciudad de México.- A los 97 años murió Ruy Pérez Tamayo en Ensenada, Baja California. Con una distinguida labor en los campos de la medicina, la divulgación científica y la filosofía de la ciencia, publicó más de 170 artículos científicos y 87 libros, entre títulos propios y colaboraciones. Fundó y dirigió la Unidad de Patología de la Facultad de Medicina de la UNAM en el Hospital General de México. Premio Nacional de Ciencias 1974 y Premio Aída Weiss 1986, entre otros. En 2013, el presidente de la República develó su busto en la Explanada de Médicos Ilustres de la Secretaría de Salud. Ingresó a El Colegio Nacional el 27 de noviembre de 1980.
Entre las publicaciones editadas por esta institución académica, destacan Las transformaciones de la medicina (2015), Patología de la pobreza (2016), así como los 26 volúmenes que reúnen sus obras completas. Se suman publicaciones para niños, como El viejo alquimista (1984) o sobre la infancia, como Mis amigos de El Colegio Nacional (2010).
Ruy Pérez Tamayo nació en la ciudad de Tampico en 1924. Estudió medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y se especializó en patología.. Fundó y dirigió durante quince años la Unidad de Patología de la Facultad de Medicina de la UNAM en el Hospital General de México, y durante diez años el Departamento de Patología del Instituto Nacional de la Nutrición. Fue profesor de patología en la Facultad de Medicina de la UNAM durante más de 50 años, fue nombrado profesor emérito de la misma universidad y jefe del Departamento de Medicina Experimental de la Facultad de Medicina en el Hospital General de México. Fue profesor visitante en las Universidades de Harvard, John Hopkins, Minnesota, Galveston, Yale, Tel Aviv, Madrid y Lisboa, así como en Costa Rica, San Salvador, Panamá, Venezuela, Colombia, Chile y Argentina.
Fue becario de la Fundación Kellogg y de la Fundación Guggenheim. Perteneció a 48 sociedades científicas nacionales y extranjeras (fue miembro honorario en nueve de ellas), así como a la Junta de Gobierno de la UNAM (1983-1993) y fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua (de la que fue director adjunto), del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República, del Seminario de Problemas Científicos y Filosóficos de la UNAM (del que fue también director), del Consejo Asesor del Conacyt y de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico.
Fue investigador nacional de excelencia del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y desempeñó una Cátedra Patrimonial de Excelencia Nivel I. Obtuvo el Premio Nacional de Ciencias en 1974; el Premio Luis Elizondo y el Premio Miguel Otero en 1979; el Premio Aida Weiss en 1986; el Premio Rohrer en 1988; el Premio Nacional de Historia y Filosofía de la Medicina en 1995, y la Presea José María Luis Mora en 2002. Es doctor honoris causa por varias universidades mexicanas.
Entre sus contribuciones pueden contarse la descripción del efecto de la metionina en la cicatrización de las heridas; describió por primera vez en México la neumonitis reumática, reticulosarcoma de partes blandas, mesotelioma pleural, amibiasis cutánea, criptococosis, enfisema bronquiolar, mesotelioma peritoneal, y señaló las características propias de nuestro medio de la aterosclerosis, los tumores del corazón y pericardio, carcinoma primario del hígado, la tuberculosis, la cirrosis intersticial difusa y el carcinoma bronquiolo-alveolar, y contribuyó en el estudio de los mecanismos humorales del hiperesplenismo, la reabsorción de la colágena y el papel de las células.