La pandemia de Covid-19 provocó la migración hacia el comercio electrónico de un alto volumen de clientes que compraban en tiendas físicas: entre 2019 y 2020, en solo un año, el e-commerce en México creció 1.8 veces hasta alcanzar un valor estimado de once mil millones de dólares y una penetración de 5%, de acuerdo con una encuesta de EY-Parthenon.
El auge de las e-commerce sigue creciendo, pero a muchas empresas y consumidores ahora les preocupa la gran cantidad de embalaje que se utiliza.
De acuerdo con el estudio ¿Afectan los comportamientos de compra a la sostenibilidad?, elaborado por Deloitte Consulting, la compra física tiene un impacto 7% menor al de la compra por internet en términos de huella de carbono, como consecuencia sobre todo de la gran necesidad de logística del comercio electrónico, su mayor cantidad de transporte y embalajes, así como el alto consumo energético de los servidores.
También es innegable que más compras online significan más vehículos de reparto por las ciudades que hacen entregas individuales todos los días y, por tanto, un mayor tráfico.
Investigadores de la Universidad de Delaware en Estados Unidos descubrieron que al aumentar las compras por la red también aumentaba el tiempo de viaje, los retrasos y las emisiones de los vehículos de toda la red de transporte.
Solo las emisiones generadas por el último tramo del reparto, sea de la tienda o del centro de distribución al domicilio de la entrega, aumentará en 36% para 2030 en 100 ciudades, según el informe The Future of the Last-Mile Ecosystem (o El futuro del ecosistema de la última milla, en español) publicado por el World Economic Forum previo a la llegada de la pandemia.
“Es verdad que nosotros crecimos mucho en pandemia y eso tiene dos contrapartes. Por un lado, está la facilidad que le dimos a miles de emprendedores y de Mipymes de poder digitalizarse y de operar en un contexto complejo, ser motor de la economía no solo en México sino en Latinoamérica; y la segunda vertiente es que esa situación generó un aumento de hábitos de consumo online de las personas y ello tiene un impacto en el medio ambiente”, explica Guadalupe Marín, directora de Sustentabilidad en Mercado Libre.
Responsabilidad
De acuerdo con especialistas 80% del impacto ambiental que generan los envases del comercio electrónico se puede reducir en la fase de diseño con un modelo adecuado y sostenible para el embalaje.
Varios son los sistemas recomendados de embalaje para hacer los envíos más sustentables. Y ya son alternativas frente a los embalajes tradicionales de plástico los productos hechos con materiales 100% reciclables, como el cartón. Un ejemplo, conocido por muchos consumidores, son los envoltorios de cartón para enviar libros y otros productos planos. Para realizar envíos de electrodomésticos pequeños se recomiendan las cajas automontables; sin descartar otro sistema de embalaje reciclable, quizá más desconocido por los usuarios, como son los sistemas de relleno de papel.
En este contexto, la mayoría de las empresas son conscientes de la cantidad de material de embalaje que utilizan, por lo que buscan hacer un cambio hacia la sostenibilidad, ya que no solo es un factor importante para ellos sino también para su comunidad y para el bien común del planeta.
“Aquí lo interesante es el empaque; es decir, cómo llega el producto al consumidor. En nuestro caso tenemos una iniciativa de seguir innovando, reutilizando empaques, para que estos tengan el menor impacto posible”, indica Marín.
De hecho, 100% de empaques que utiliza la empresa es reciclable, además de que contiene materia prima reciclada.
Respecto de México, añade que actualmente los sobres en los que la compañía entrega los paquetes contienen al menos 55% de material reciclado en su composición. Por su parte, todas las cajas para la entrega de pedidos tienen más de 50% de cartón reciclado y cuentan con la certificación Forest Stewardship Council (FSC), lo cual asegura que el producto se elaboró con procesos que involucran un manejo forestal responsable.
Por otro lado, agrega, “a la industria del plástico reciclado le queda mucho por crecer. Al contratar a estos proveedores lo que hacemos es tirar para que esta cadena de valor avance, pero si hoy en México se piensa en tener un empaque 100% biocompostable no es posible; regionalmente solo lo tenemos en Chile. Y eso tiene que ver con una cuestión de producción de la materia prima en los distintos países en los que tenemos presencia; tiene que ver con que realmente se pueda proveer para el volumen que requerimos en tiempo y forma. Pero sin duda se sigue avanzando en innovar en esta materia”.
Última milla
El último tramo para entregar un paquete que se ha pedido por internet resulta fundamental tanto para reducir el costo de los envíos, como para poder hacer frente al aumento imparable de ventas y garantizar la sostenibilidad.
La última milla hace referencia precisamente al proceso final de entrega de un pedido: desde que el producto sale de un centro de distribución hasta el destino final.
El Foro Económico Mundial indica que esta etapa, además de requerir más mano de obra, representa una gran parte de los costos de la cadena logística. El tráfico, el estacionamiento en doble fila y el creciente número de vehículos de reparto se convierte en un problema para los sistemas de transporte urbano, resalta el organismo.
En este sentido, las camionetas eléctricas y los drones aspiran a acabar con algunos desafíos de la última milla. Prometen, por ejemplo, un ahorro de costos a las empresas y una reducción de los Gases de Efecto Invernadero (GEI). Algunas compañías de paquetería en Europa pretenden realizar un reparto 100% ecológico en múltiples ciudades antes de 2025. Esta fuerte apuesta por los vehículos eléctricos evidencia una transición hacia un sistema más sostenible.
“Nosotros trabajamos en mejorar otras herramientas, como el procedimiento del carrito donde uno agrupa las compras a fin de que te llegue todo en un solo envío y no en distintos, además de la posibilidad de que puedes elegir el día que quieras que se entregue y eso habla de optimización de rutas de camionetas y autos. Esto es muy significativo a la hora de reducir la huella ambiental: que lo comprado por el usuario llegue con un menor impacto”, señala Marín.