En años recientes los parlamentos a escala mundial empezaron a reconocer la necesidad de impulsar la transparencia y la participación ciudadana como una práctica necesaria, urgente.
¿Qué tan avanzados estamos en México en cuanto a la implementación de un Parlamento Abierto? Y más importante, ¿qué nos falta por hacer como sociedad para que esta práctica se fortalezca y se consolide?
Un Parlamento Abierto es un modelo y una herramienta para que usted como ciudadano, así como organizaciones civiles y diferentes sectores de la sociedad mexicana puedan opinar, participar y hacer valer su voz en el proceso de creación de las leyes que rigen nuestro día a día.
¿De dónde surge el Parlamento Abierto? En 2012, es decir, hace casi una década, organizaciones procedentes de 53 países y la Unión Europea firmaron la Declaración sobre la Transparencia Parlamentaria en Roma, Italia. México fue una de las naciones comprometidas con esta práctica.
Tres años después, en 2015, se expidió en nuestro país la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
Desde entonces en México hemos sido testigos de la implementación de los pilares del Parlamento Abierto. Cada vez se informa más a la sociedad sobre los trabajos realizados por nuestros diputados, senadores y congresistas locales. En tiempo real y mediante diversas plataformas tecnológicas podemos seguir los trabajos en el pleno y en comisiones. Tenemos acceso a información como dictámenes, iniciativas de ley, sentidos de la votación, asistencias…
Debate
Sin embargo un ejercicio altamente importante es la organización de foros que representan una plataforma plural de voces que fortalecen el Parlamento Abierto y por lo tanto la democracia.
Especialistas, académicos, representantes de las organizaciones empresariales, funcionarios públicos e interesados en general participan de esta manera en el debate parlamentario.
Tan solo en la presente Legislatura han ido a foros de Parlamento Abierto en el Congreso de la Unión temas tan importantes como la Ley de la Industria Eléctrica, la legislación sobre Subcontratación u outsourcing, la reforma a la Ley del Banco de México, el Control del Tabaco, las reformas al Poder Judicial y la legislación sobre cannabis, por nombrar algunos de los más relevantes.
Resulta indispensable que estos instrumentos de Parlamento Abierto, estos foros de participación ciudadana, se tomen en cuenta para la construcción de los diversos dictámenes a discusión en cámaras federales y locales.
Urge acercar las funciones legislativas a la sociedad mexicana, que los Congresos se abran al escrutinio, a la deliberación y a la participación sustantiva de personas como usted. Solo así, con pluralidad y bajo el ojo escrutador de la ciudadanía, podremos aprovechar la inteligencia y la experiencia colectiva para fortalecer nuestra democracia.