El Congreso de Puebla es pionero en legislar sobre violencia vicaria. ¿Pero de qué se trata este tipo de violencia? De ello platiqué con la presidenta de la Mesa Directiva de ese Congreso local, la diputada Aurora Sierra Rodríguez.
La legisladora explicó que este tipo de violencia se caracteriza por “hacer rehenes a los hijos para seguir controlando a las madres, a las mujeres, una vez que estas decidieron terminar o se terminó el vínculo filial que se tenía con su agresor; una vez que ya le fueron ejecutadas distintas violencias, como la sexual quizá, la sicológica, la económica… Todos los tipos de violencia que se pueden padecer en el seno de un hogar y que generalmente se catalogaban o quedaban como violencia familiar”.
Por lo anterior, dijo, “lo único que queda a veces al agresor es manipularla a través de no proporcionarle pensión. Y cuando deciden divorciarse, el tema es el de la custodia”.
La violencia vicaria, puntualizó la diputada, provoca que “estas madres pasen días y a veces meses y hasta años sin ver a sus hijos. Creo que es algo muy lamentable, una de las peores violencias. Colectivas como el Frente Nacional contra la Violencia Vicaria, y muchas otras colectivas con las que he trabajado también, lo definen como ‘una muerte en vida’. Además, es una violencia que se prolonga a través del tiempo. Imaginen una madre que no llega a ver a su hijo en dos, tres o cuatro años”.
¿De qué tamaño es este problema? La presidenta de la Mesa Directiva del Congreso de Puebla afirma: “La violencia vicaria es muchas veces la antesala del feminicidio”.
Añade que este problema ya se encara por ley en Puebla: “A partir del 3 de agosto se publicó en el periódico oficial y además de ello entró en vigor y fue votada por todas las fuerzas políticas; hubo un gran oficio político. Fuimos en Puebla el referente nacional para atender la solicitud de madres que padecían este luto en silencio”.
Esta legislación, que ya es una realidad, podría analizarse en otros Congresos locales o incluso a nivel federal. “Más allá de los colores tuvimos la oportunidad de demostrar a la sociedad, a las mujeres, y en este caso a los Congresos a nivel nacional, que es importante legislar en esta materia porque son muchas las aristas que padece una mujer cuando enfrenta violencia vicaria”, estimó Sierra.
Esfuerzo
Además de legislar sobre el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, la diputada busca impactar en la transparencia y el acceso a la información en el Congreso local. “La primera iniciativa que presenté es, por esencia, justamente para hacer del Congreso de Puebla un Parlamento Abierto. Esto puede sonar sencillo, porque yo escucho a veces por todas partes que estamos en Parlamento Abierto —y no digo que esté mal— por el mero hecho de hacer un foro”.
En cambio, explicó, ese reto implica incluso una reforma a la Carta Magna del estado: “Ser un Parlamento Abierto implica una reforma constitucional. En este caso, al artículo 32 constitucional del estado de Puebla, que implicaría tres factores al menos. Uno, el tema de garantizar la transparencia en el proceso legislativo para la ciudadanía. Dos, que se pueda realizar la debida rendición de cuentas a través de mecanismos digitales de los datos que puedan estar accesibles a la ciudadanía de manera pronta, efectiva y digital. Y tres, el Parlamento Abierto implica una serie de procedimientos técnicos donde se da oportunidad y se garantiza que la voz de la ciudadanía se incluirá en esos procedimientos”.
Ahora el reto es que esta iniciativa transite correctamente. “Se abrió una Comisión Especial en la LXI Legislatura y esperamos que se pueda aprobar en el pleno esta iniciativa, para que Puebla pueda convertirse en un Parlamento Abierto con estas características técnicas, que son necesarias más allá de un simple foro; para que verdaderamente, como siempre lo expreso, ciudadanicemos el Congreso”, concluyó Aurora Sierra.