PARLAMENTO ¿ABIERTO?

Dos conceptos simples pero poderosos: transparencia y participación ciudadana.

Claudia Ivett García
Columnas
Fachada de la Camara de Diputados en San Lazaro. Foto: Germán Romero/CUARTOSCURO
Cuartoscuro/Cuartoscuro

Durante la última década la apertura se ha convertido en un común denominador en la ciencia política a nivel global. Por ello nos es cada vez más común escuchar de Gobiernos Abiertos, Justicia Abierta, Estados Abiertos y el tema que nos ocupa en esta ocasión: Parlamento Abierto.

La apertura se traduce en dos conceptos simples pero poderosos: transparencia y participación ciudadana. En pleno siglo XXI vivimos en la Sociedad de la Información, por lo que a la opacidad cada vez se le agotan más los pretextos.

De la misma manera en la que surgió el Gobierno Electrónico, ese que por medio de la incorporación de herramientas tecnológicas actualmente nos permite realizar trámites oficiales en línea, ahora nos encontramos con un concepto de indispensable análisis: el Parlamento Electrónico o e-parlament.

El e-parlament permitió la tecnificación de los procedimientos parlamentarios y de esta manera podemos actualmente acceder a versiones electrónicas en la web de agendas legislativas, gacetas parlamentarias, órdenes del día, diarios de los debates, versiones estenográficas, la asistencia en sesiones y comisiones, sentidos del voto de cada legislador y, por supuesto, nos permite el acceso a iniciativas, puntos de acuerdo, turnos y actas entre muchos otros documentos.

Las TIC o Tecnologías de la Información y la Comunicación son determinantes incluso en bibliotecas y centros de investigación parlamentaria. Actualmente el archivo legislativo digitalizado facilita a la sociedad mexicana el acceso a la información.

A causa de la reciente pandemia hemos sido testigos de momentos inéditos. Por primera vez en la historia del Congreso de la Unión mexicano se llevaron a cabo sesiones de manera virtual. Los congresos locales también realizaron sesiones remotas para legislar a distancia, al grado de que el trabajo parlamentario virtual se ha convertido ya en un nuevo tema de las agendas legislativas en nuestro país, con la finalidad de regular el marco jurídico.

Clave

Estamos en el camino que han seguido países como Estados Unidos y Chile, reconocidos internacionalmente por sus buenas prácticas en materia de Parlamento Abierto, pero aún falta mucho trabajo por hacer para que el ejercicio parlamentario en México sea realmente “abierto”.

Siguen en el tintero de pendientes prácticas como el “open data” que busca la apertura total de expedientes para garantizar el acceso a la información de manera efectiva. También está pendiente la publicación de portales de transparencia, tal como lo hace el Parlamento Europeo. Mediante este tipo de portales los ciudadanos pueden detectar irregularidades y presentar denuncias sobre posibles infracciones.

La realidad es que actualmente el Parlamento Abierto en México, surgido a partir de 2014, podemos decir que vive su adolescencia. Alcanzar la madurez será el siguiente paso, y la clave, más allá de la tecnología, será la ideología. ¿Veremos acaso una vez más la evolución de nuestra institución parlamentaria?