En pleno siglo XXI los avances tecnológicos están por todos lados. Nuestra vida es constantemente impactada por la era digital, a veces positiva y otras negativamente.
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) nos permiten la integración de las telecomunicaciones para darle a usted el poder de la información. Cada vez resulta más sencillo o menos complicado acceder a bases de datos que antes no teníamos.
En esta era de tecnología e información es importante preguntarnos: ¿cómo utilizar estas importantes herramientas en la vida legislativa de nuestro país?
Resulta indispensable que nuestro Congreso de la Unión, es decir, la Cámara de Diputados y el Senado de la República, así como nuestros Congresos locales, continúen invirtiendo en tecnología de alta calidad.
Me refiero a modernizar y actualizar los sitios web parlamentarios, a la organización de foros virtuales y al adecuado y oportuno manejo de redes sociales, entre otros aspectos prioritarios.
Derecho
Un tema sumamente relevante es la implementación de tecnología de vanguardia para fortalecer el sistema de bibliotecas y centros de documentación parlamentaria. La digitalización del conocimiento abona a la eficacia del trabajo legislativo.
Bibliotecas y centros de investigación especializados en Derecho parlamentario son necesarios para que legisladoras y legisladores federales y locales profundicen más en el contexto político y social durante el proceso de la elaboración de las leyes que rigen en nuestro país.
Asimismo, dicha información será de utilidad para sectores diversos de la sociedad, ampliamente interesados en participar activamente en la vida legislativa nacional.
Finalmente, debemos entender que la rápida evolución de la tecnología y su uso en los Parlamentos exigen compromiso. Un Parlamento digital es nuestro derecho para fortalecer la transparencia, accesibilidad, rendición de cuentas y eficiencia del trabajo parlamentario en México.