CINISMO EN TOKIO

“Apoyo, recursos, trabajo y profesionalismo por parte de todos”.

Cristopher Rivera
Columnas
RIVERA-Las-mexicanas-Gabriela-Agndez-y-Alejandra-Orozco-compiten-en-la-final-de-plataforma-sincronizada-de-10-metros-en-el-Centro-Acuico--AP21208258861417.jpg

Quizá la delegación mexicana no ha entregado los resultados esperados en los Juegos Olímpicos de Tokio, pero yo siempre he dicho que las cosas ocurren porque están respaldadas por una acción.

No sé si usted está contento con lo hecho por la delegación mexicana, pero lo que sí le puedo asegurar es que se puede alcanzar más.

México no puede sorprender al mundo del olimpismo por una razón, que es la incompetencia de la mayoría de aquellos que manejan los destinos de los diferentes órganos deportivos de nuestro país.

A mí me parece increíble y hasta fuera de lugar que la señorita Ana Gabriela Guevara, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), se esté paseando por las diferentes sedes olímpicas de Tokio como si estuviera realmente al pendiente de los atletas y el deporte mexicano.

Y peor aún: se da el lujo de ahora sí dar entrevistas, de dar la cara; pero respondiendo lo que le conviene y echando porras a ese atleta mexicano que meses antes de la justa veraniega necesitaba algo más que aplausos y gritos de ánimo.

Pareciera que aquí, en Tokio, Guevara quiere aprovechar la vitrina para colgarse de los pocos o muchos éxitos de nuestra delegación. Ya la quiero ver dando entrevistas a su regreso a México entregando cuentas y no necesariamente respecto de lo que presuntamente se robó.

Aquí en Tokio me ha tocado platicar con muchísimos deportistas mexicanos de diferentes disciplinas y la mayoría llegan a un punto en común, que es: “Apoyo, recursos, trabajo y profesionalismo por parte de todos”.

Para mí que la titular de la Conade ponga cara bonita a todos en Tokio raya en el cinismo.

Paciencia y educación

Poco se puede hacer en Tokio por el tema de la pandemia, pero he caminado lo suficiente por algunas de sus calles para darme cuenta de que la gente de la capital japonesa se encuentra triste y decepcionada porque su gobierno se aferró a la organización de los Juegos Olímpicos, pero al mismo tiempo no se les olvida que son anfitriones de un evento de mucha altura y están programados para no fallar en su rol independientemente de su inconformidad.

¿Qué quiero decir con esto? Que me sorprende la manera como los ciudadanos de Tokio respetan al extranjero que como yo está en la cobertura de los Juegos Olímpicos. No he recibido una mala mirada, un mal gesto, un mal trato por parte de ellos; por el contrario, me tratan como si estuviera en mi casa. Incluso mejor.

Pero no soy el único con esa sensación. Me di a la tarea de preguntar a mis colegas acerca de su experiencia en tierras olímpicas y ellos también están gratamente sorprendidos.

Los japoneses comprenden que nosotros los periodistas somos los menos culpables de esa necedad que terminará en los próximos días llamada Juegos Olímpicos.

Por otro lado también me gustaría compartirles que es inevitable quedarse con la boca abierta por la forma en como todos los involucrados en las Olimpiadas organizan el día a día. ¿Se imagina usted un México con extrema puntualidad en todos los sentidos? ¿O un México con una organización impecable en términos de vialidad y movilidad ciudadana? ¡No sé! Siempre he dicho que podemos aprender de lo bueno.

Si bien son unos Juegos Olímpicos muy distintos a lo que estamos acostumbrados, sí puedo compartir que también resultan un verdadero éxito y una maravillosa experiencia.

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