DAN LA CARA POR EL TENIS MEXICANO

“Hoy son las máximas figuras del tenis mexicano”.

Cristopher Rivera
Columnas
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Normalmente las buenas noticias en el deporte mexicano son a cuentagotas y en particular en la disciplina del tenis son casi inexistentes. Afortunadamente, en los últimos años, meses y días hemos tenido a dos representantes del tenis nacional que han dado la cara por México: los doblistas Giuliana Olmos y Santiago González. Si no fuera por ellos dos el país estaría borrado del mapa del deporte blanco, como en realidad ha sucedido en décadas.

Tanto Olmos como González se han hecho de un nombre en el tenis internacional gracias a esfuerzos y sacrificios propios. Nadie les ha regalado nada; al contrario, han sido como muchos otros víctimas de la falta de apoyo de la Federación Mexicana de Tenis. Pero nada los detiene. Por eso hoy son nuestro máximo orgullo con las raquetas.

¡Primero las damas!

Quizá Yola Ramírez y Rosie Reyes son las tenistas mexicanas más importantes en la historia de nuestro país. La primera de ellas ganó 39 títulos, incluyendo 29 en sencillos y seis en dobles. Además juntas ganaron Roland Garros en 1958. Pero detrás de estas leyendas va que vuela Giuliana Olmos para escribir su nombre en la historia del tenis mexicano.

Y es cierto, Olmos apenas presume de cuatro títulos en dobles, aunque nada despreciables si tomamos en cuenta el alto nivel que existe en la modalidad. Su rendimiento en los últimos meses ha sido brutal, puesto que se dio el lujo de disputar junto con su pareja, la canadiense Gabriela Dabrowski, dos finales consecutivas de Masters 1000; una la ganó (Open de Madrid) y otra la perdió (Open de Roma). Estos son pasos de éxito que se dicen rápido, pero no son fáciles. Para disputar dos finales seguidas se necesita mucho “match play”.

Olmos ocupa en la actualidad el lugar 15 a nivel mundial y estoy convencido de que si sigue con el profesionalismo que le caracteriza le alcanzará para ser una de las máximas referentes del tenis mexicano.

¡Es turno de González!

Es impresionante el profesionalismo de Santi: nada lo dobla; él simplemente disfruta al máximo jugar al tenis y recorrer el mundo. Hoy me atrevería a decir que Santiago González ya forma parte del selecto grupo de grandes tenistas mexicanos. A su alrededor se encuentran nombres como los de Raúl Ramírez, Jorge Lozano y Leo Lavalle.

La constancia de González le ha llevado a ganar 18 títulos en dobles, siendo el lugar 22 su mejor ranking. En la actualidad sigue transitando por el planeta jugando torneos en los que normalmente deja a la bandera mexicana bien representada.

Déjeme compartirle que una de las máximas virtudes de este tenista nacido en Córdoba, Veracruz, es que tiene una enorme capacidad de adaptación con sus parejas en dobles, mismas que por alguna razón cambian constantemente; pero eso no le ha perjudicado. Es tanto su talento que es un detalle menor, aunque digno de resaltar.

Sin embargo, a pesar de ser uno de los mejores doblistas en la historia del tenis mexicano Santiago González ha sido relegado en múltiples ocasiones del equipo nacional Copa Davis, algo inexplicable. De ese tamaño es la ignorancia de los propios federativos y líderes del tenis mexicano.

Y ¿qué tienen en común Olmos y González? Que son dos profesionales, que se desarrollan en la modalidad de dobles, que hoy son las máximas figuras del tenis mexicano y que ambos han salido adelante sin el apoyo de la Federación de su deporte. ¡Ah! Y que han participado en Juegos Olímpicos.

¡Aplausos para ellos!