Ya le había adelantado que el futbol mexicano iba a recibir un duro golpe por parte de sus propios socios o aliados, esos que no son capaces de darle valor a sus equipos por la vía deportiva, es decir: son unos miedosos y por eso aprobaron seis mediocres años sin ascenso y descenso.
Por cierto, esos que votaron por abolir el ascenso quieren justificar la decisión dando explicaciones vacías, reflejando ceguera e ignorancia total. No saben comunicar.
Lo hecho, hecho está. La mayoría de los dirigentes del futbol mexicano inclinan la balanza más por el lado del negocio que por el deportivo, algo que no es raro, porque sinceramente ellos nunca han visto en contra de sus intereses ideando trampas para ganar lana. Por ejemplo, solo en el futbol mexicano un equipo podía evitar el descenso pagando millones de dólares; o un equipo a base de billetazos, sin méritos deportivos, podía ocupar un lugar en el máximo circuito; además del ejercicio de la multipropiedad. Y así puedo continuar…
¿Ahora qué sigue? Bueno. Primero decirle que no soy brujo y que tampoco estoy descubriendo el hilo negro: simplemente es obvio que un futbol sin esencia deportiva como se expresaba con el ascenso y descenso está destinado a ser un futbol mediano, mediocre, vacío, sin identidad. Y eso muy probablemente nos lleve a quedarnos donde siempre.
¡Total! Como le decía, ya tomaron la decisión y agarraron a muchos jugadores con los dedos en la puerta. Pero también, por otro lado, me encuentro muy decepcionado por la forma en como los propios futbolistas han atendido tal tema. Los futbolistas de primera división y antesala se quejan por todos lados, en redes sociales, programas de televisión, radio y prensa, pero no son capaces de unir fuerzas. Decía mi abuelita: “Perro que ladra no muerde”.
Mezquindad
Los futbolistas tenían, o quizá tienen, una inmejorable oportunidad para reflejar que pueden ser un gremio unido, pero sobre todo que son lo más valioso del negocio, la pieza clave, el engrane más importante de la maquinaria.
Estoy seguro de que por lo menos 90% de la población de futbolistas profesionales en México está en contra de lo que ya han formalizado los dirigentes; y si decidieran parar la liga o no jugar (posterior a la pandemia) los que van a doblar las manos serán los de pantalón largo. Pero eso no ocurrirá, porque la historia me dice que el jugador de nuestro país, aun estando consciente de que el federativo se equivoca, es muy comodino y quedabien.
¿De qué sirve la asociación de futbolistas si no van a tomar decisiones drásticas que pongan contra la pared al federativo? ¿De qué sirve la carta que mandaron a la FIFA? ¿De qué sirve el respaldo de internacionales como Rafael Márquez y Andrés Guardado? ¿De qué sirve un futbol con dirigentes depredadores y jugadores sin valor?
La respuesta es: sirve para darnos cuenta de que el futbol mexicano será una fábrica de mezquindad y dinero, nada más.
Ah, por cierto: además los que mandan en la Liga MX quieren fusionarse con la MLS. ¡Jajaja! Ya quiero ver ese circo. Pero de ese tema le platicaré después.