MARAVILLOSO 2020

Cristopher Rivera
Columnas
RIVERA Sergio-Pérez---000_8WL6FD---AFP.jpg

Posterior al mes de marzo pasado, cuando la pandemia se encaminaba a sacudir de manera estrepitosa e inesperada al mundo entero, era inevitable preguntarse: ¿qué será del deporte y de nuestros competidores mexicanos? Pensé en todas las disciplinas y en muchos de ellos. El panorama se vislumbraba harto complicado.

Era más o menos por el mes de abril cuando la incertidumbre taladraba. No se sabía si iba a haber temporada de Fórmula 1, las Grandes Ligas de Beisbol en Estados Unidos no se ponían de acuerdo, en el golf los torneos se empezaron a cancelar con futuro incierto, mismo caso con el tenis varonil y femenil (WTA y ATP) y ya ni le cuento del futbol, entre otros... ¡En todos lados había representación mexicana!

La verdad es que conforme pasaban los días, semanas y meses no se veía por dónde desahogar la actividad. Todo se estaba yendo al precipicio.

Todavía me vienen a la mente aquellas tardes en las que entraba al aire en radio o televisión para hablar de la pandemia y no de lo que tanto amo: los deportes. Hablaba de protocolos de sanidad, en vez de goles. También en vez de narrar un batazo beisbolero de hit o una buena pichada daba eco a lo que las autoridades sanitarias en nuestro país indicaban a la sociedad para minimizar el problema de salud. Y lo hacía con gusto ya que también entendía y entiendo que hay cosas más importantes. Por cierto, no era el único: muchos colegas se tuvieron que desviar un poco de los temas que dominan.

Pero de pronto, casi sin darme cuenta, la maquinaria se echó a andar. El deporte es un negocio y por algún punto se tenía que empezar. Las ligas en diferentes disciplinas comenzaron a plantear estrategias para rescatar algo del caótico 2020 y lo lograron (todo bajo exigentes protocolos de sanidad).

Tuvimos beisbol de Grandes Ligas; también deporte motor; se jugó tenis; los campos de golf abrieron; en el futbol nacional e internacional se reanudaron actividades; en fin… ¡La luz de la esperanza se hizo presente!

Comenzó la gloria

Aunque parecía tarde y se tuvo poco tiempo nuestro deporte mexicano dejó un 2020 maravilloso. Los éxitos en medio de la pandemia, del torbellino y de la pesadilla, llegaron como cascada.

¡Voy a empezar con las damas! Nuestra tenista Renata Zarazúa hizo historia al clasificarse al cuadro principal de Roland Garros para posteriormente romper con una sequía de 20 años que tenía una mexicana sin ganar en un Grand Slam. Este logro permitió que Zarazúa ganara el Premio Nacional del Deporte en la categoría Profesional.

¿Y qué me dicen de nuestro golfista Carlos Ortiz? El mexicano se proclamó campeón del PGA Tour tras ganar el Vivint Houston Open. A un lado de Ortiz un portentoso Abraham Ancer destacó en el Masters de Augusta.

Después, por primera vez desde 1988, los Dodgers de Los Ángeles ganaron la Serie Mundial de la mano de los peloteros mexicanos Víctor González y Julio Urías. Al primero de ellos se le acreditó el triunfo y al segundo el rescate en el sexto juego de la serie ante Tampa Bay Rays.

¡La gloria nacional no paró! El piloto mexicano de Fórmula 1 Sergio Pérez también nos tenía preparadas grandes sorpresas. La primera llegó en el Gran Premio de Turquía, donde obtuvo el segundo lugar general; y la más importante fue ganar con mucha personalidad el Gran Premio de Sakhir. Tuvieron que pasar 50 años para que un piloto mexicano volviera a estar en lo más alto del podio dentro de la F1.

Así entonces, amable lector, no podía escribir mi última colaboración de este año sin resaltar los triunfos de nuestros deportistas en un caótico 2020. Ellos han venido a endulzar la amargura que ha dejado en muchos sentidos la pandemia.

Por lo pronto le deseo un maravilloso cierre de año y un mejor inicio del próximo 2021. ¡Reciba un fuerte abrazo! ¡Mucha fuerza!