¡PARA LLORAR!

Cristopher Rivera
Columnas
Rivera (3).jpg

¿Qué podemos esperar de una liga que ya no cuenta con la dinámica del ascenso y descenso? ¿O qué podemos esperar de equipos que solo luchan por no pagar un puñado de billetes en caso de quedar en último lugar?

La respuesta es sencilla: lo que podemos esperar es justo lo que hemos visto a lo largo de 15 fechas disputadas del torneo Guardianes 2020 de la Liga MX, es decir, un futbol espantoso, digno del Tercer Mundo.

Está a punto de terminar la temporada regular del actual torneo, donde se han disputado 135 partidos de futbol —tomando en cuenta la última jornada, la décimo quinta—, y como se veía venir fue una fecha de muy poco espectáculo.

Resulta increíble que de 135 partidos disputados solo uno, sin exagerar a usted, ha contado con buen futbol, con dos equipos brindándose. Fue aquel que jugaron Puebla y Gallos del Querétaro en la fecha 12: se dieron un buen agarrón, empataron a tres goles, mismos que por cierto fueron de muy buena calidad. Después no hay nada que destacar.

Los principales clásicos que existen en nuestra liga tuvieron todo menos buen futbol. América y Chivas dando pena, Tigres contra Monterrey de lágrima y Chivas frente al Atlas ya ni le cuento.

La mala calidad del torneo Guardianes 2020 no es culpa del coronavirus. Tampoco de la falta de público en los estadios, entre otros pretextos que se han inventado. ¡No, señores! Que no les mientan. No crean los cuentos de aquellos que ponderaron los pesos por encima de la esencia deportiva.

La única razón por la cual el futbol mexicano en su actual temporada ha tenido un espectáculo para llorar es por los formatos actuales. Por ejemplo: de la chistera se sacaron que para este torneo doce de 18 equipos tendrán la oportunidad de calificarse a instancias de eliminación directa y luchar por el título. ¡Dios mío! Eso quiere decir que un club pozolero como lo es hoy el Atlas puede, con una sumatoria de puntos irrisoria, pelear por el trofeo; o lo mismo Tijuana, que apenas puede con su alma, entre otros.

Así, entonces, los equipos se han dado cuenta que con muy poco esfuerzo pueden ganar mucho o llegar lejos viviendo un espejismo de película.

Otro punto que ha hecho de nuestra liga una piltrafa es la abolición del descenso y ascenso. En este sentido los equipos saben que aun expresando en la cancha un futbol caricaturesco que los posicione en los últimos lugares no pasará nada, seguirán en Primera División y solo pagarán una multa de castigo, cuando en el futbol el principal castigo debería de ser exclusivamente deportivo, no económico. De esta forma el futbolista y el dirigente hoy están más cómodos que nunca.

Pero ya sabe, desde las oficinas de la Liga MX y algunos porristas colegas míos van a sacar el discurso de que a un solo partido, ya estando en liguilla, nuestro futbol demostrará lo competitivo que es. ¡Y claro! No dudo que en esas instancias vamos a ver duelos de 90 minutos muy intensos, pero ¿por qué carajos me tengo que esperar hasta la liguilla para ver espectáculo o buen futbol? El aficionado merece ver calidad a lo largo de la temporada regular, no solo en fases finales.

Total que usted y yo, por el amor al deporte, nos hemos tenido que chutar una temporada de lágrima.

Reconocimiento

¡No todo es malo! No es una novedad decir que el León es el que mejor futbol desarrolla. De hecho parece equipo de otra liga.

E insisto, no es de hoy, porque al menos desde hace un par de años atrás este club que dirige Ignacio Ambriz nos llena la pupila.

No hay equipo que le haga sombra al León, a pesar de que nuestro futbol también es muy resultadista y las formas para la mayoría poco valen. Este plantel merece un reconocimiento especial ya que con humildad, sin tanta faramalla, con un técnico discreto pero profundo conocedor de su negocio sigue pegando bailes a quien se le ponga enfrente. La frutilla en el pastel sería el título de liga.