A Ana Gabriela Guevara, titular de la Conade, no le da pena nada; no le importa que la señalen, que juzguen o critiquen; se sigue paseando en paz por las calles de este país; se asoma orgullosa por la ventana de su casa y pone la cara ante las cámaras cuando le da la gana. ¡Ella sigue! Todo se le resbala a pesar de que tiene la obligación de comprobar en qué gastó millones y millones de pesos a partir del organismo que tristemente comanda.
Parece que la postura de Guevara es: “No compruebo nada y quiero ver que me castiguen”.
Esa es la actitud de una persona que se siente protegida. Y en realidad lo está. Para muestra, un botón. En el ejercicio de 2019 la Conade, que ya comandaba Ana Gabriela Guevara, fue señalada por 186 millones de pesos, cantidad que se debió aclarar de manera puntual en aquel momento, pero ¿sabe qué pasó? ¡Nada! No pasó nada a pesar de que el caso, que por cierto huele a robo, llegó a oídos del presidente de la República.
Ahora, un ejercicio después, el de 2020, el órgano que administra los recursos de los deportistas de nuestro país tiene que comprobar más de 377 millones de pesos, según el Informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
En 2020 todavía Anita fue más descarada que en 2019, pues entre las observaciones de la auditoría está que “se pagó con recursos públicos a personas físicas que no son miembros activos del sistema nacional del deporte”. También resalta que “no se contó con los expedientes integrales de los beneficiarios del fondo para el deporte de alto rendimiento”, que es la forma en que los deportistas reciben apoyos económicos.
Pero eso no es todo: la Conade también fue señalada por “adjudicaciones directas en la contratación de bienes y servicios, sin motivar ni justificar la excepción del procedimiento de licitación pública”.
Así, entonces, según las observaciones a la Conade en la Cuenta Pública 2020 publicadas por la ASF todas las fallas en el manejo de recursos mencionadas dan un total de 377.1 millones de pesos. A esta cantidad súmele la de la auditoría de 2019, que son 185 millones más. Parece que alguien aseguró su futuro, el de sus descendientes y cercanos.
Ahora ya sabe por qué a muchos deportistas mexicanos no les llegó en su momento el apoyo económico que necesitaban y merecían.
¿Por qué ocurre todo esto?
Este tipo de manejos turbios de capitales en entidades como la Conade se deben a que los cargos son políticos y no obedecen a una meritocracia o a un sistema de contratación que valore la preparación de los aspirantes. Antes ya le había compartido en este mismo espacio que la escolaridad de Ana Guevara es irrisoria, no tiene la preparación para corresponder a un cargo de tanta categoría como el que ocupa, pero la ventaja que tuvo es que a ella la pusieron en el asiento que ahora ocupa.
Ella seguirá su camino en paz.