GRATITUD MOLECULAR

Hay personas que a pesar de tenerlo todo resuelto no son capaces de agradecerlo.

Daniela Suárez
Columnas
Foto: Especial
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La gratitud es una cualidad similar a la electricidad: debe producirse, descargarse y agotarse para poder existir.

William Faulkner


El fin de semana pasado colaboré en el doceavo festival de mentes brillantes Ciudad de las Ideas. La temática de esta edición fue This is epic! Y más allá de los conferencistas y los actos artísticos épicos escuché mucho una palabra: gratitud. Constantemente hubo gratitud hacia los organizadores, hacia los participantes, hacia los ideastas o personas que asistieron, hacia los patrocinadores y también a todos aquellos que colaboramos en este. La gratitud estuvo sumamente presente en el festival y formó parte de cada segmento de él, así que decidí darme a la tarea de investigar acerca de los beneficios de la gratitud y resulta que científicos han descubierto que tener sentimientos de gratitud puede cambiar tu cerebro.

Si bien en algún momento escribí acerca de los beneficios de tener gratitud en la vida como el incremento de la felicidad y la disminución de la ansiedad ninguno de ellos incluía el cambio cerebral que puede existir gracias a ello.


La gratitud es algo muy extraño: hay quienes agradecen todos los días estar vivos o que han podido comer aunque sea un alimento al día y hay otras personas que a pesar de tenerlo todo resuelto no son capaces de agradecerlo.

Se dice que la felicidad no puede ser comprada sino que es trabajo interno y esto es justo lo que estudian en el UCLA Mindfulness Awareness Research Center.

Conclusiones

De acuerdo al centro de estudios de Mindfulness tener una actitud de gratitud cambia la estructura molecular del cerebro ya que hace que la materia gris siga funcionando, lo cual da lugar a que tengamos más salud y seamos más felices. Por ende, cuando somos más felices se afecta el sistema nervioso central, estamos en un estado de mayor paz, somos menos reactivos y menos resistentes.

Para llegar a esta conclusión los científicos utilizaron electroencefalogramas para estudiar la gratitud: conectaron a diversos pacientes y midieron sus ondas cerebrales. Estudiaron la actividad cerebral mientras ellos experimentaban diversas emociones y hallaron que cuando la mayoría de ellos experimentaron gratitud la actividad se sincronizó en diversas áreas. Es decir, las áreas que están asociadas con la recompensa se iluminaron.

La conclusión del equipo de investigadores fue que la gratitud ayuda a la interconexión neuronal, misma que transmite serotonina y activa al cerebro para que produzca dopamina. Todos estos químicos nos hacen sentir bien, recompensados y felices.

Al leer estas conclusiones pienso que tienen todo el sentido del mundo; y no en el sentido egoísta de que debemos ser agradecidos únicamente para sentirnos recompensados sino que al agradecer con constancia todo lo que tenemos y hemos logrado lo más seguro es que disminuya la necesidad de seguir acumulando cosas que antes continuamente estábamos deseando.