Lo único que necesitamos para convertirnos en buenos filósofos es la capacidad de asombro.
Jostein Gaarder
¿Qué es el asombro? De acuerdo con la Real Academia Española la palabra asombro tiene dos significados: gran admiración y extrañeza o bien susto y espanto. Las primeras definiciones se me hacen opuestas pero tienen algún tipo de sentido. Cuando sentimos asombro por algo nos pueden venir sensaciones de admiración a eso que estamos viendo y a la vez experimentamos extrañeza por eso mismo que nos asombra, ¿o no?
Sin embargo, encontré otra definición de asombro que me agradó: “Asombro puede ser la sensación que sentimos cuando estamos en presencia de algo vasto que nos hace cambiar nuestra perspectiva del mundo y nuestro lugar en él”.
Creo que esta frase sin duda resume la capacidad que tenemos todos de experimentar asombro por algo y sobre todo al sentirlo quizá nos cuestionemos quiénes somos y hacia dónde nos dirigimos.
Y de hecho Tonglin Jiang y Constantine Sedikides, profesores en la Universidad de Pekín y la Universidad Southampton, respectivamente, realizaron más de 14 estudios a cuatro mil 400 personas con el tema del asombro.
Los resultados los publicó el Journal of Personality and Social Psychology y muestran hallazgos interesantes. Por ejemplo, en sus estudios iniciales encontraron que el nivel de las personas con predisposición para sentir asombro diariamente tenía que ver con cuánto querían acercarse a su ser más auténtico.
En otro estudio los expertos les provocaron sentimientos de asombro a los participantes por medio de fotografías de auroras boreales e hicieron que recordaran momentos de su vida en los cuales percibieron inmensidad y cambiaron su visión del mundo gracias a ello. Con este estudio hallaron que las personas que se asombraron con auroras boreales tuvieron puntuaciones más altas en querer acercarse a su ser más auténtico que aquellos que vieron fotografías de días cotidianos.
Disfrute
En otra investigación los profesores exploraron posibles vínculos entre el asombro y la trascendencia (sensación de expansión o disolución del ser y como consecuencia unión con el mundo). Esto suena a un término más espiritual, pero en este caso no lo fue porque el estudio reveló que las personas que tendían a asombrarse más también experimentaban mejores calificaciones en los términos de trascendencia y esto demostró de nuevo la intención de estas personas de mostrar su ser más auténtico.
Por si fuera poco los investigadores descubrieron a lo largo de sus estudios los beneficios que conlleva el asombro tanto a los individuos como a la sociedad y encontraron que la sensación se vincula con bienestar, reducción de estrés e incremento de compasión, gratitud y amor.
Si bien sus estudios tienden a ser sugestivos más que concluyentes, me agrada pensar que las personas que tenemos mayor capacidad de asombro somos quienes también nos atrevemos a ser auténticos y esto nos brinda los beneficios anteriormente mencionados.
Quizá suenen algo extraños los estudios y las conclusiones de los expertos pero en este caso estoy de acuerdo en que la vida se disfruta más si no nos dejamos de asombrar.
¿Y a ti qué te asombra?