La vida misma es la voluntad de dominar.
Friedrich Nietzsche
Considero que es sencillo pensar en una pose dominante. Quizá muchos de nosotros hemos visto videos o charlas motivadoras donde se explican ciertas poses que nos ayudan a tener un poco más de seguridad en nosotros mismos. En casi todos los casos las personas interpretamos las poses expansivas, es decir, cuando abrimos las piernas y colocamos los brazos en la cintura y alzamos la cabeza, como una pose de dominancia y poder; sin embargo, investigadores se percataron de que este tipo de poses también significan cosas muy distintas al poder y a la dominancia.
Patty Van Cappellen, una sicóloga de la Universidad de Duke, y su equipo realizaron un estudio con alrededor de 700 personas para descubrir cómo percibimos ciertas poses de “poder”.
En el primer estudio los participantes recibieron pequeños maniquíes y tuvieron que moverlos hasta lograr que los muñecos expresaran poses dominantes, alegría, esperanza y asombro. Los expertos tomaron fotografías de cada pose y las analizaron. En la primera ronda se dieron cuenta de que existían distintas poses para dominancia, alegría y sorpresa, pero ninguna específica para esperanza.
Las piernas separadas y los brazos en alto con la cabeza hacia delante fue la postura dominante más común. Sin embargo, aunque la expansión corporal se ha relacionado con la dominancia, las posturas más expansivas de todas (las que ocupaban el mayor espacio vertical y horizontal combinado) curiosamente fueron las más utilizadas para expresar alegría. Para sorpresa la posición más popular fue tener un brazo o una mano cerca de la cara. Y en general, las poses de sorpresa tuvieron las mismas calificaciones de expansión que las poses dominantes.
Variantes
En un segundo estudio, nuevos participantes revisaron las fotografías de los maniquíes y tuvieron que calificarlas por grado de dominancia, expansión y humor en una escala de extremadamente positivo a extremadamente negativo.
Los participantes estuvieron de acuerdo que las posturas de alegría eran las más expansivas. Otro hallazgo indicó que aun cuando las poses de asombro ocupaban la misma cantidad de espacio físico que las poses de dominancia, se percibían como significativamente menos dominantes.
En el último estudio el equipo varió la posición de las extremidades y la cabeza del maniquí y pidió a los participantes que calificaran las poses en función de la dominancia, el estado de ánimo y otros factores.
Una vez más la combinación de brazos en posición vertical, con una postura estable y la cabeza ligeramente levantada se percibió como la que transmitía mayor dominio, mientras que las poses en las que los brazos se mantenían en alto y la cabeza estaba inclinada hacia arriba obtuvieron las puntuaciones más positivas en cuanto al estado de ánimo y las más altas en cuanto a la excitación y la extraversión.
Si bien este estudio es preliminar, nos deja ver que las personas percibimos la alegría como algo expansivo y que no necesariamente la expansión significa dominancia. ¿Y tú cómo expresas alegría corporal?