EMOCIONES TRANSITORIAS

“Eventos fuertes dentro de sus relaciones de pareja”.

Daniela Suárez
Columnas
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Ninguna clase de conexión que pueda llenar el vacío dejado por los antiguos vínculos ausentes tiene garantía de duración.

Zygmunt Bauman

Es común que los sentimientos que experimentamos durante nuestras relaciones en pareja vayan cambiando con el paso del tiempo. Las primeras emociones casi siempre se van hacia el lado positivo, pero si terminamos con esa persona probablemente tengamos sentimientos negativos al respecto. Y estos cambios en las emociones a su vez son indicadores de cambios en nuestro bienestar sicológico, aunque los eventos tanto positivos como negativos sean únicamente momentos.

A través de un nuevo estudio, que publicó en la revista Emotion, Eva Asselmann, profesora de Sicología en la Universidad de Medicina y Salud de Potsdam, Alemania, investigó por cuánto tiempo nos afectan los cambios emocionales dentro de las relaciones después de experimentar sucesos importantes. Por ejemplo, un matrimonio versus un divorcio, o mudarse juntos versus una separación. Por ello se dedicó a analizar data de un estudio nacional representativo que inició en Alemania en 1984.

Cada año, a los 30 mil participantes se les preguntó acerca de eventos fuertes dentro de sus relaciones de pareja y se midieron los niveles de felicidad, tristeza, ansiedad y enojo cinco años antes de que las personas se mudaran con su pareja, se casaran, se separaran o se divorciaran. También cada año se midieron los niveles de bienestar de los participantes.

Y de acuerdo con los resultados, entre 2017 y 2019 un total de cuatro mil 399 participantes se mudaron con su pareja; tres mil 731 se casaron; tres mil 538 se separaron y mil 103 se divorciaron.

Plazos

Como previó su hipótesis, los hallazgos indicaron que la felicidad incrementó con los momentos felices y la tristeza aumentó con separaciones o divorcios. Y estos cambios se pronunciaron más cuando se vivió el suceso pero se atenuaron a largo plazo; es decir, las personas experimentaron niveles de bienestar similares a los que tenían cinco años después del evento comparado con cinco años antes del suceso.

“Nuestro estudio sugiere que los cambios en el bienestar debidos a acontecimientos importantes en las relaciones románticas (por ejemplo, un matrimonio o una ruptura) son solo transitorios. A largo plazo afectan a nuestro bienestar mucho menos de lo que uno supondría intuitivamente”, indicó Asselmann.

La experta agregó que otros factores (por ejemplo, cómo nos comportamos y cómo tratamos a los demás en la vida cotidiana) podrían ser mucho más importantes para la felicidad y la satisfacción duradera dentro y fuera de las relaciones románticas.

Algo interesante que también observó el equipo de investigadores es que los cambios en el bienestar para muchos individuos tendieron a empezar antes de que su relación personal comenzara; por ejemplo, el bienestar incrementó años antes de que se mudara o se casara con su pareja; y similarmente este bienestar tendió a bajar años antes de que la pareja se separara o se divorciara.

Si bien el estudio aún requiere de mucha investigación para llegar a conclusiones más profundas, es un pequeño vistazo a la impermanencia de las emociones. Cuando experimentamos felicidad no queremos que acabe, pero lo inverso aparece con la tristeza.

Aun así lo único certero es que las emociones, para bien o para mal, siempre serán tan cambiantes como transitorias.