JUICIOS APARENTES

Daniela Suárez Roel
Columnas
SUAREZ-1090.jpg

Nada nos engaña tanto como nuestro propio juicio.

Leonardo Da Vinci

Las apariencias son importantes y las primeras impresiones más. Tal vez suene banal o superficial pero seamos honestos: al conocer a una persona por primera vez sin duda emitimos juicios y estos se crean por las apariencias. Lo desafortunado de todo esto es que los juicios que hacemos con base en las apariencias casi siempre son erróneos.

Pongámonos como ejemplo cuántas veces no nos han dicho algo como: “Pensé que eras más serio” o “ahora que te conozco me doy cuenta de que eres muy simpático, antes no lo pensaba”; es decir, sus conclusiones cambiaron una vez que nos conocieron.

Muchos pensamos que podemos juzgar la personalidad de alguien por su apariencia pero la realidad es muy distante a ello. En un nuevo estudio que lideró el doctor Bastian Jaeger, de la Vrije Universiteit Amsterdam, examinaron cuándo es más factible que las personas se vean influenciadas por apariencias y estudiaron qué rasgos de la personalidad son los que la gente considera que es más fácil reconocer.

Cuando hacemos juicios de otras personas resulta que nos enfocamos en tres dimensiones: moralidad (si creemos que alguien es confiable y honesto), competencia (si vemos a alguien como inteligente y hábil) y sociabilidad (si percibimos a esa persona como amigable y cálida).

A través de cinco estudios los expertos midieron si los participantes eran capaces de juzgar a alguien más con base en apariencias físicas y hallaron evidencia constante de que las personas consideran que pueden juzgar de manera más fácil si otra es sociable tan solo por su apariencia física, que su moralidad y competencia.

Emociones

¿Pero por qué las personas creen que la sociabilidad se refleja en el rostro? La respuesta según los investigadores se relaciona con la expresión emocional. Los rasgos sociales se tienden a relacionar con las emociones. Se conecta con cómo las personas muestran sus emociones y cómo responden a las emociones de otros. Y de hecho las personas creen que los rasgos relacionados con la expresión de las emociones, por ejemplo, calidez y amistad, se dejan ver a través de las apariencias. En línea con esta idea los expertos descubrieron que las personas creían ser las más hábiles para detectar los rasgos sociales que estaban claramente relacionados con las emociones (por ejemplo, el entusiasmo y el juego).

El estudio se suma a un amplio campo de investigación que muestra el impacto que tienen las apariencias. Y el equipo demostró que es probable que las apariencias desempeñen un papel aún mayor en situaciones relacionadas con la sociabilidad. Sin embargo aclaran que tan solo centrarse en las apariencias conlleva un sesgo importante. Y su conclusión dice que “aunque las personas creamos que sabemos por las apariencias si alguien es afectuoso y fácil de convivir, probablemente es mejor idea que ignoremos esta información”.

Coincido con ellos. Si bien todos emitimos algún tipo de juicio cuando conocemos a alguien por primera vez, podríamos intentar dejar atrás lo que pensamos de primera mano para tratar de conocerlos como son en realidad.

Y tú ¿qué juicios has emitido últimamente?