MIEDO GRATIFICANTE

Entre más miedo sentía la gente más lo disfrutaban.

Daniela Suárez Roel
Columnas
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El miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente.

Alonso de Ercilla y Zúñiga

El miedo es un factor extraño. Todos lo hemos experimentado y en varias ocasiones a todos nos ha abordado. Sin embargo es difícil entender de dónde vienen los miedos, si son aprendidos o genuinos; y lo peor del caso es que a pesar de que lo tengamos el morbo nos gana muchas veces: a pesar de que sabemos con antelación que nos dará miedo entrar al cine a ver una película de terror la expectativa del susto nos causa emoción. Lo mismo sucede en Halloween y en las casas del terror dentro de los parques de diversiones; genuinamente pagamos para que nos asusten y lo hacemos a conciencia.

Si bien el dicho “nos gusta pero nos asusta” es cierto, la pregunta es: ¿por qué sucede esto?

Con esta cuestión en mente Marc Malmdorf Anderson, de la Aarhus University en Dinamarca, y su equipo de expertos decidieron realizar un experimento para entender en qué punto el ser humano disfruta al asustarse y cuándo encuentra que esta situación es divertida.

Aun cuando pensamos generalmente que el miedo es una emoción negativa, que representa peligro y es algo desagradable, todos en algún momento buscamos situaciones que nos causan miedo, como juegos en ferias, películas, videojuegos o novelas, y a estas los expertos las reconocen como “horror recreacional”.

Para el estudio los profesionales invitaron a voluntarios a un parque de diversiones llamado Dystopia. En ese sitio hay una casa del terror donde los que trabajan ahí asustan ante la menor provocación. Antes de entrar los participantes se colocaron monitores para medir el ritmo cardiaco y que los expertos pudieran evaluar su respuesta fisiológica ante la experiencia. Al salir de esta quienes entraron tasaron en distintas escalas su miedo y su disfrute, en específico en tres puntos de la casa donde fueron asustados con personas disfrazadas de zombis o por un señor que portaba una sierra eléctrica y les brincaba de la nada.

Entremedio

En general los participantes reportaron que la casa embrujada fue divertida y les causó miedo a la vez. En los reportes los expertos hallaron un vínculo entre el miedo y el goce en las tres escenas donde les brincaron para asustarlos y lo midieron con una escala inversa de la letra U; entre más miedo sentía la gente más lo disfrutaba (hasta cierto punto); cuando el miedo excedía al seis en la escala de cero a nueve el disfrute disminuía.

Según los autores esto sugiere que los humanos disfrutamos las experiencias terroríficas cuando tocan una “fibra positiva”, un entremedio de miedo y goce.

Los resultados del experimento también mostraron que las fluctuaciones pequeñas en los ritmos cardiacos se relacionaron con los sentimientos de goce; las personas que presentaron más fluctuaciones de momento a momento reportaron mayor diversión.

Todavía quedan para los investigadores muchas preguntas después de realizar estos análisis. Por ejemplo quieren encontrar la razón por la cual la diversión cesa después de cierto punto.

Y sin embargo este estudio abre la puerta para llegar a un mayor entendimiento de qué estamos hechos bien adentro.