Empieza el año nuevo y con esto seguramente muchos de nosotros nos sentimos motivados para hacer cosas nuevas. Tal vez escribamos metas que nos gustaría cumplir y a la vez elaboremos listas de objetivos que nos gustaría lograr. Siempre es alentador iniciar el año con novedades y con inspiración. Aunque suene como cliché, muchos nos alegramos de empezar a escribir la página uno de 365 para crear cosas nuevas e increíbles.
Las metas que nos planteamos podemos lograrlas si empezamos a crear hábitos y la idea que más me gusta es empezar poco a poco, sin forzarme, pero siempre siendo constante.
Al tener constancia y hacer las cosas con calma podemos lograrlas si es que nos lo proponemos. Ya sea inscribirnos a un gimnasio para hacer más ejercicio, intentar aprender un idioma nuevo, buscar una actividad que siempre nos ha llamado la atención o la famosa meta de hacer dieta para bajar esos kilos de más que probablemente hayamos subido en las fiestas decembrinas. Y lo bueno de empezar una dieta o tratar de comer saludable es que se puede iniciar con echarle ganas.
Quizá suene como algo imposible o por lo menos difícil de lograr, pero encontré un estudio que nos puede motivar. Resulta que si empezamos a hacer dieta y nos exponemos a olores “seductores” como a chocolate, roles de canela o pasteles, es más probable que sigamos nuestra dieta en vez de romperla.
Suena extraño, pero un equipo de investigadores al realizar cinco estudios distintos con cientos de estudiantes universitarios se percató de que los olores nos ayudan a moderar lo que comemos y esto me parece alentador.
Extraño
En un estudio los expertos instruyeron a los voluntarios a que se pusieran playeras con olor a chocolate mientras veían videos de la naturaleza. Les pidieron después imaginar que les servían un plato de helado de chocolate e indicar cuánto se comerían. Resulta que aquellos que fueron expuestos al olor de chocolate por más tiempo, comparado con aquellos que fueron expuestos por menor tiempo o los que no fueron expuestos, dijeron que comerían menos porciones de helado.
En otro estudio los participantes vieron videos de naturaleza y después imágenes de cuatro grupos de comida: papas, ensalada de fruta, helado de chocolate y una barra de granola. Los que fueron expuestos al olor de chocolate tuvieron que medir en una escala de cero a 100 cuánto querían comerse de todas las opciones de comida. Curiosamente los que fueron expuestos al olor de chocolate se sintieron menos inclinados a comer cosas poco saludables.
Los expertos también analizaron el efecto de los olores en personas que estaban haciendo dieta y descubrieron que después de oler chocolate tuvieron más autocontrol y se vieron más motivados para cumplir sus metas.
Ernest Baskin, el autor del estudio publicado en The Journal of Business Research, comentó: “Nuestros hallazgos sugieren que las personas que hacen dieta podrían terminar comiendo menos si son expuestas por un periodo de tiempo largo a olores indulgentes”.
Si bien el estudio me sonó un poco extraño o bien contraproducente, considero que podría probarlo para sentirme motivada a iniciar una mejor alimentación este año. Y tú ¿qué metas tienes para 2023?