Son nuestras elecciones las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades.
J. K. Rowling
Para la mayoría, nuestra personalidad difícilmente cambia durante la vida. Los rasgos se mantienen casi iguales, pero hay situaciones en las que pueden cambiar. Por ejemplo, gracias a eventos significativos que nos causan estrés o trauma los rasgos de nuestra personalidad pueden variar.
Ahora un estudio que publica el diario PLOS ONE sugiere que la pandemia de Covid-19 ha sido un catalizador para cambios rápidos en algunas personalidades. En particular, los expertos descubrieron que las personas involucradas en el estudio se convirtieron en menos extrovertidas, menos abiertas, menos agradables y con menos conciencia en 2021 y 2022, en comparación con antes del inicio de la pandemia.
El estudio incluyó a más de siete mil participantes provenientes de Estados Unidos y de 18 a 109 años. Estas personas fueron evaluadas desde 2014; luego en el inicio de la pandemia en 2020; y ahora entre 2021 y 2022.
Los participantes completaron una encuesta que mide la personalidad en una escala de cinco dimensiones: extroversión frente a introversión; amabilidad frente al antagonismo; conciencia frente a falta de dirección; neuroticismo frente a estabilidad emocional, y apertura frente a ser cerrados ante las experiencias.
Los expertos indicaron que no hallaron muchos cambios entre los rasgos de personalidad prepandémicos y los de 2020. Sin embargo, encontraron descensos significativos en la extroversión, la apertura, la amabilidad y la conciencia en 2021 y 2022 en comparación con antes de la pandemia. Estos cambios eran similares a los de una década de variación normal, lo que sugiere que el trauma de la pandemia de Covid aceleró el proceso natural de cambio de la personalidad. La salud mental y el bienestar disminuyeron significativamente. Esto tiene sentido dados los cambios drásticos por los que muchos de nosotros hemos pasado.
Rasgos
En particular, la personalidad influye significativamente en nuestro bienestar. Por ejemplo, las personas que manifiestan niveles elevados de conciencia, amabilidad o extroversión tienen más probabilidades de experimentar el mayor nivel de bienestar.
De acuerdo con los investigadores la pandemia parece haber afectado negativamente las siguientes áreas: nuestra capacidad de expresar simpatía y amabilidad hacia los demás; nuestra capacidad de estar abiertos a nuevos conceptos y dispuestos a participar en situaciones novedosas; nuestra tendencia a buscar y disfrutar de la compañía de otras personas y nuestro deseo de esforzarnos por alcanzar nuestros objetivos; hacer bien las tareas o tomarnos en serio las responsabilidades hacia los demás.
Según los expertos todos estos rasgos influencian nuestra interacción con el entorno que nos rodea y es por ello que podrían haber impactado en el proceso de declive. Quizá trabajar desde casa de manera completamente aislada pudo afectar a algunos, mientras para otros tener que salir y sentirse mayormente expuestos al virus les afectó a mayor escala.
Y a pesar de que este estudio apenas es algo preliminar, le da una ventana de apertura a los investigadores para poder seguir adentrándose en los efectos sicológicos que derivan de una pandemia. Y tú, ¿cómo te has sentido con tantos cambios durante los últimos dos años?