PERSONALIDAD QUE ENVEJECE

En casi todos los estudios se encontraron cambios pequeños en los cinco rasgos de la personalidad.

Daniela Suárez Roel
Columnas
suárez.jpg

Los que en realidad aman la vida son aquellos que están envejeciendo.

Sófocles

¿Qué es la personalidad? ¿De dónde la obtenemos? ¿Nacemos o nos hacemos? Hay muchas interrogantes en torno del carácter que tenemos como seres humanos, pero el ambiente en el que crecemos, el estilo de educación que nos inculcan nuestros padres, las amistades que elegimos, el colegio donde estudiamos y sobre todo las creencias que vamos adquiriendo influyen en cómo forjamos nuestra personalidad.

Si bien hay rasgos que nos predisponen a ser de cierta forma el entorno siempre es un factor clave.

Existe una idea popular que asegura que nuestra personalidad se queda firme y fija después de que cumplimos 30 años: de acuerdo con investigadores después de que llegamos a esa edad difícilmente podríamos cambiar… o eso se creía hasta ahora. Un nuevo estudio refuta lo dicho anteriormente ya que han podido comprobar que sí podemos cambiar nuestra personalidad después de los 30 años y sobre todo hacerlo a propósito.

Un análisis de los datos de 16 estudios longitudinales con muestras de más de 60 mil personas de diversos países ha dado nuevos resultados. El trabajo publicado por Eileen Graham, de la Universidad Northwestern, en Chicago, y sus colegas en la revista European Journal of Personality Research sugieren que hay unos patrones de cambio en la personalidad que se registran durante la mediana edad y que influye en la edad adulta.

Para todos los estudios incluidos en el análisis participantes de Estados Unidos, Países Bajos, Suecia, Escocia y Alemania completaron una evaluación de los cinco rasgos de la personalidad (apertura a nuevas experiencias, responsabilidad, extroversión, amabilidad, neuroticismo o inestabilidad emocional) en tres ocasiones distintas durante varios años.

Al terminar los investigadores compararon los resultados de cada evaluación para revisar si hubo cambios en los rasgos durante las diferentes etapas de vida de los participantes. Su método fue importante ya que utilizaron un análisis coordinado de datos integrales que les permitió encontrar patrones en sus hallazgos. También buscaron vínculos entre rasgos de personalidad cambiante dependiendo del sexo y la edad de los participantes.

Ventana

Los hallazgos fueron muy variados. Sin embargo el equipo encontró evidencia consistente de patrones de cambio para todos los rasgos, salvo en el de amabilidad. Tanto la extroversión como la responsabilidad mostraron un patrón de declive bastante estable con el paso del tiempo: conforme los participantes iban creciendo se volvieron menos extrovertidos. Por otro lado, el patrón de neuroticismo fue distinto ya que los expertos encontraron que este rasgo disminuyó bastante en la edad adulta pero volvió a incrementarse en los adultos mayores.

En casi todos los estudios se encontraron cambios pequeños en los cinco rasgos de la personalidad, pero los expertos quisieran encontrar la razón detrás de ello. “La gente cambia de distintas maneras y la personalidad no es estable durante el lapso de nuestras vidas (lo es para algunas personas); sin embargo explicar estos cambios nos resulta difícil”, aseguran los investigadores.

Si bien este estudio tuvo hallazgos sólidos en cuanto al cambio constante que experimenta nuestra personalidad conforme vamos creciendo abrió una ventana de diferentes preguntas que los expertos esperan resolver y profundizar con otras muestras y estudios futuros.

Y tú, ¿crees cambiar de personalidad?