VIRTUD DE VÍCTIMA

Un mecanismo eficaz para persuadir a los demás de que se desprendan de sus recursos.

Daniela Suárez Roel
Columnas
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La revolución ocurre cuando la víctima deja de cooperar.

Karl Hess

La “tríada oscura” es conocida en sicología como la agrupación de tres rasgos de la personalidad negativos como son el narcisismo (importancia de uno mismo), sicopatía (insensibilidad y cinismo) y el maquiavelismo (explotación estratégica y engaño). Todos los seres humanos tenemos algún rasgo y esto es normal. Ahora, en un nuevo estudio, expertos descubrieron que esta triada se asocia con la duplicidad entre la virtud y la victimización.

El estudio sugiere que las personas que tienen personalidades más oscuras utilizan un término que llamaron como “victimismo virtuoso” con la finalidad de extraer recursos engañando a los demás.

Publicados en el Journal of Personality and Social Psychology los hallazgos se basaron en un estudio que involucró a tres mil 536 personas en total. Los expertos examinaron cómo los participantes emitieron señales de virtud y victimización a la vez y estos se relacionaron con la triada oscura, así como con comportamientos engañosos.

Los investigadores hallaron que al percibir a una persona como una víctima virtuosa los voluntarios quisieran ayudarla; es decir, que hubiera indicios de que una persona usara señales de ser víctima, pero tenía virtudes: era una estrategia válida para obtener recursos ajenos.

Por ejemplo, los participantes estuvieron dispuestos a ayudar a una persona que fue afectada en una balacera mientras trabajaba en algo de caridad, pero no si fue baleada mientras entraba al supermercado o a un burdel.

En otros estudios los expertos establecieron que había una relación positiva entre rasgos de triada oscura y emitir señales de victimización y virtud. De hecho entre los rasgos que más fuerte predominaron en las señales de victimización y virtud fue el maquiavelismo. Es decir, personas con niveles más altos de maquiavelismo reportaron con más frecuencia que “son incapaces de lograr sus metas y sueños debido a factores externos ya que no se sienten aceptadas por la sociedad”.

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En este sentido las personas con mayores rasgos oscuros de la personalidad se denominaron víctimas sin importar su estatus dentro de la sociedad.

Otro resultado del estudio ejemplifica que los participantes que se involucran más con las señales de ser víctimas virtuosas tendieron a contestar en mayor escala que podrían comprar bienes de contrabando, hacer trampa en un juego de moneda y exagerar cómo los trata un colega para obtener ventaja sobre este.

“En conjunto nuestros estudios presentan pruebas convergentes de que la señal de victimismo virtuoso es un mecanismo eficaz para persuadir a los demás de que se desprendan de sus recursos de manera que beneficie al emisor de la señal, y que las personas que tienden a participar en la manipulación social amoral para lograr sus objetivos son más propensas a emitirlas”, explicaron los investigadores.

También alentaron a que sus conclusiones no se tomen de manera exagerada para no interpretar que todas las personas que aplican el victimismo virtuoso padecen de rasgos de la personalidad negativa. Más bien, dicen, las señales de víctimas son herramientas efectivas en la influencia social y son aún más efectivas cuando se utilizan con rasgos de virtud.

A decir verdad creo que todos en algún punto de nuestra vida nos hemos pintado como víctimas y sobre todo como víctimas con virtudes, y concuerdo con la conclusión del estudio: no por ello significa que tengamos la triada oscura existente sino que de alguna forma nos identificamos con alguno de sus rasgos latentes.