DE LAS PANDEMIAS, LA PESTE NEGRA SUPERA A TODAS

Félix Fuentes
Columnas
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Las pandemias son eventos de fechas distantes. Transcurren siglos para que aparezcan las causantes de víctimas en gran escala y de estragos materiales profundos.

Sucedida en el siglo XIV la peste negra es calificada como un fenómeno devastador de enormes proporciones en Eurasia (la Europa actual) entre 1347 y 1353.

Los historiadores ofrecen fechas distintas entre el principio y el fin de esa desdicha. Unos le señalan 30 años de duración y otros hasta 150 años “en algunas regiones”.

Ha sido imposible establecer el número de decesos causados por esa plaga. La “enfermedad terrible y desconocida”, como la describen algunos estudiosos, pudo tener su origen en el país de la oscuridad, el Kanato de la horda de oro, cuyo territorio ocupa hoy Uzbekistán, del cual muchos sabemos poco.

De los muertos por aquella peste también son descomunales sus números, por distantes. “Lo aproximado”, dicen unos, es de 75 a 200 millones. Es lo aproximado. Por ello conviene iniciar el conteo de víctimas de estos días y legar una realidad a las generaciones próximas.

Los dedicados al estudio de pandemias se enredan en sus historias. La que mencionamos arriba es puesta en segundo lugar y la citan como “la más devastadora”, acompañando del brazo a la población europea.

Según los que saben la que ocasionó el virus H1N1 —junto con otro de tipo aviar— de 1918 a 1919 “es la más grave de la historia reciente”. Sin consenso universal del lugar donde se originó, sus panegíricos aseguran que se propagó por el planeta y en Estados Unidos surgió durante 1918 entre el personal militar de esa nación.

En tercer lugar figura la plaga sin precedente que mató a doce millones de humanos entre 1855 y 1959, también llamada peste negra, si bien se le conoce mucho más como peste bubónica. Esta calamidad se extendió a cinco continentes, incluida América Latina, y es la más mortal, señalan algunos expertos.

Impredecible

Poca gente tenía idea de lo que es una pandemia y menos de sus ataques al género humano, algunos extensos y mortales.

De la actual se ignoraba su impacto en nuestro país y los daños que causaría a la economía, a las finanzas públicas y privadas. Mucho menos que en tan poco tiempo dejaría sin empleo a por lo menos 30 millones de hombres y mujeres.

¿Quién imaginaría que los niños y los jóvenes de secundaria, preparatoria y estudios superiores se quedarían sin aprendizaje por semanas, meses y a punto de cumplirse un año?

Tampoco en el sector oficial fueron predecibles los efectos destructivos que se nos venían encima: el presidente López Obrador dijo el jueves 28 de mayo del año pasado que la pandemia del coronavirus ya estaba domada.

Sin embargo los científicos de numerosos países no han logrado la o las medicinas que frenen a esta enfermedad causante de más de 93 millones de contagios en el planeta y a punto de rebasar los dos millones de muertos en este mes de enero.

La esperanza mundial radica en la efectividad de las vacunas experimentadas en Europa, Estados Unidos y otras naciones.

En tanto las versiones médicas sin sustento prosiguen en torno del problema que mucho se ha extendido por el mundo.