AMLO: SALVO EXCEPCIONES, EL PODER JUDICIAL ESTÁ PODRIDO

“Bajo la absoluta división de poderes nació el Estado de Derecho”.

Félix Fuentes
Columnas
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El Poder Judicial surgió con la promulgación de la Constitución de 1827, en la cual se estableció un capítulo denominado Bases Generales para la Administración de la Justicia. A partir de esa fecha se convirtió en uno de los Tres Poderes y en el mismo se sustenta la autonomía estatal.

Se conforma este importante poder por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), los Tribunales de Circuito (colegiados y unitarios), los Juzgados de Distrito y el Consejo de la Judicatura Federal (CJF).

Si su aplicación de justicia se inició en el año mencionado, tenemos ante nosotros a un organismo de 194 años entre cuyas funciones destaca la de resolver conflictos de las personas y los órganos de la Federación.

La transición democrática del país dio lugar a la existencia de un Poder Judicial con calidad de independiente y a la libertad plena de ministros de la SCJN, de magistrados y jueces.

A su vez, los ciudadanos gozan de plenas libertades y tienen el derecho de acudir a los jueces a ventilar sus conflictos desde parámetros jurídicos, imparciales e independientes.

Es claro que el Poder Judicial se basa en su independencia y como tal ha de ser un freno del Poder Ejecutivo. Su organismo principal es la SCJN y el presidente de este organismo surge de la decisión de sus propios ministros cada cuatro años.

Autoridad

Bajo la absoluta división de poderes nació el Estado de Derecho, en el cual los poderes públicos se someten al imperio de la ley. Ministros, magistrados y jueces no son elegidos por los ciudadanos en los comicios de cada cuatro años, como lo son presidentes, diputados y senadores. El CJF tiene a su cargo la administración, vigilancia y carrera judicial de ese poder, así como los nombramientos de sus integrantes. Esto marca su distancia, además del Ejecutivo, del Poder Legislativo.

En ocasiones, sin embargo, el poder de las leyes ha perdido autoridad porque algunos ministros de la Suprema Corte se someten al gobierno en turno debido a los beneficios dispensados, sean económicos o a través de concesiones cuantiosas.

Ha sucedido otras veces que algunos presidentes deciden mantener bajo su autoridad a la Suprema Corte porque de esa manera logran a su favor las sentencias de asuntos importantes de la nación.

Lo anterior ha ocurrido en adjudicaciones de enormes predios en zonas boscosas, o en terrenos con minerales preciosos, o colindantes con aguas de golfos y mares. Son famosos numerosos eventos de corrupción en ese ámbito y los autores siempre tienen el cuidado del destino final de las propiedades.

El domingo antepasado criticó el presidente Andrés Manuel López Obrador al Poder Judicial y demandó en Torreón una consulta para decidir si se continúa o no el proyecto de agua saludable para la región de la Laguna.

Alguna información ha de tener el primer mandatario porque, según dijo, el Poder Judicial “está podrido” y preguntó: “¿Ustedes creen que voy a confiar en el Poder Judicial?”