Desde hace varios meses se predice el desplome de Donald Trump en las encuestas. Tras cada escandalosa declaración del aspirante a la Presidencia de Estados Unidos, los periodistas y comentaristas se preguntan si esta será la gota que derramó el vaso.
Una vez más nos encontramos ante este escenario. A nadie sorprende que Trump arremeta contra alguna minoría. Desde el lanzamiento de su campaña se encargó de ofender a todo tipo de minorías. ¿Cómo olvidar sus declaraciones en contra de los inmigrantes mexicanos, a quienes catalogó de ladrones y violadores? Sin embargo, el precandidato del Partido Republicano no se desploma. Esta semana Trump lo hizo de nuevo: ante el tiroteo en San Bernardino, California, perpetrado por una pareja de musulmanes que fueron radicalizados, el precandidato propuso que Estados Unidos detenga por completo la entrada de personas que profesen esa religión. La propuesta del multimillonario fue publicada en un comunicado solo un día después de que el presidente Barack Obama se dirigiera a los ciudadanos defendiendo sus acciones en contra del grupo yihadista Estado Islámico (EI) y los islamistas extremos.
Mientras Obama cree que estos grupos están siendo debilitados en Oriente Medio a través de una alianza internacional, Trump demuestra por medio de su propuesta un cierto miedo a que la ideología yihadista radical convierta a musulmanes comunes y corrientes en una amenaza para la seguridad nacional.
Reacciones
La propuesta de Donald Trump le ganó críticas y elogios. Sus sentimientos antimusulmanes reflejan lo que algunos partidos de extrema derecha en Europa, como UKIP en el Reino Unido, han utilizado para obtener votos en el pasado. Sin embargo, las reacciones han sido sobre todo de rechazo. El primer ministro de Reino Unido, David Cameron, dijo que los comentarios del precandidato promueven una ideología extremista y divisoria y en ese país circula ya una petición para prohibirle la entrada a Trump. También en Estados Unidos el precandidato recibió duras críticas, en especial por parte de simpatizantes del Partido Demócrata.
Y aunque el Partido Republicano se había resistido hasta ahora a criticar al precandidato, ya surgen voces que lanzan “fuego amigo” en su contra. Recordemos que en el primer debate entre los aspirantes de ese partido Trump fue el único que se negó a apoyar al vencedor.
Así, todavía es una posibilidad que decida lanzarse como candidato independiente y fracture al electorado republicano. Ante este escenario sería inevitable que los demócratas llegaran una vez más a la Casa Blanca.
Y mientras precandidatos como Jeb Bush expresan rotundamente su rechazo a este tipo de propuestas xenofóbicas, algunos líderes del partido le sacan la vuelta al tema. Lo interesante será ver la reacción en las encuestas, pues hasta ahora el electorado parece estar de acuerdo con Trump y por más que se ha dicho una y otra vez que ahora sí cruzó la raya… sigue siendo favorito para la candidatura republicana.