El petrodólar, amenazado

Lo que el mundo está apenas descubriendo es que el soporte del dólar no es tanto el poderío militar sino el hecho de que es la moneda de reserva mundial.

El régimen saudita ha emprendido una tremenda campaña represiva
Foto: Creative Commons
Columnas
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Decididamente Abel Quezada (1920-1991) fue un genio. Hacia 1970 le vi un cartón que en tres o cuatro cuadros ofrecía un síntesis espléndida de lo que yo me he tardado más de 40 años en medio entender como el “sistema monetario internacional”: los gringos le compraban petróleo a los árabes con dólares, estos depositaban sus petrodólares en Suiza, que los volvía eurodólares y los recirculaba de nuevo en Estados Unidos… donde volvían a ser lo que fueron desde un principio: dólares sin adjetivos.

Entonces la idea de Quezada me pareció aguda, pero hoy me parece simplemente deslumbrante. Pero, claro, él era un genio y yo, bueno, mejor no entremos en honduras.

Lo que el mundo está apenas descubriendo es que el soporte del dólar (a partir de 1971 en que Nixon le quitó el respaldo del oro) no es tanto el poderío militar (aunque algo pesa) sino el hecho de que es la moneda de reserva mundial, la única aceptada en la compra de cualquier bien o servicio… particularmente petróleo. Por eso muchos dicen hoy que ese “exorbitante privilegio” le ha permitido a EU adquirir durante 42 años cuanto ha querido sin dar a cambio más que papelitos sin valor alguno (últimamente, ya ni siquiera papelitos: puros bits informáticos que crea de la nada con el meñique de la mano izquierda en cualquiera de sus teclados).

¿Modelo agotado?

Este es el modelo monetario global que ha regido desde 1971. Antes fue el de Bretton Woods, y antes el patrón oro, y antes el patrón bimetálico, y etcétera. En la época del dinero fiat, cada 40 años, más o menos, un nuevo sistema ha sustituido al anterior (y el actual cumplió ya 42 años).

Pero hoy, aparte de muchos otros factores agravantes, la pieza clave de todo el entramado se ha esfumado. El rey de Arabia Saudita, Abdulla bin Abdulaziz (89), está clínicamente muerto desde hace al menos nueve meses. Su copiosa y acaudalada familia, hundida en un pánico evidente, lo reporta “en coma” (pero ya sabemos lo que eso suele significar). Con los medio hermanos del rey también muertos, y con revueltas en todo Oriente Medio, la estirpe entera de los Saud se siente en peligro inminente. Y con ella, el sistema monetario global del petrodólar. Porque la Casa Saudí ha sido desde el principio la piedra de toque del sistema.

Por supuesto, el régimen saudita ha emprendido una tremenda campaña represiva; la primera acción de todos los gobiernos amenazados es acogotar a su propio pueblo. Este recurso a veces funciona y a veces falla, pero nunca está ausente ante una amenaza seria.

¿Funcionará esta vez? Por lo pronto algunos miembros de la estirpe ya están secretamente mandando copiosos tesoros a bancos de Occidente, y al menos un príncipe ya está denunciando en medios occidentales la represión que se aplica a su pueblo.

La olla global tiene debajo cada vez más hornillas ardientes. Traguemos saliva.

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