Fin de... ¿todo?

Si las bombas nucleares comienzan a caer (un escenario espeluznante que más y más analistas ven cada vez más probable) se debe a los tremendos desequilibrios económicos globales.

Vladimir Putin
Foto: AP
Columnas
Compartir

Esta columna es fiel a su temática y a su tono: geomacroeconomía catastrófica. El texto siguiente puede parecer un tanto alejado del tema, pero no lo está. La pavorosa amenaza bélica que se cierne sobre la humanidad tiene (como siempre en la historia, pero más que nunca antes en la historia) un detonador económico.

Si las bombas nucleares comienzan a caer (un escenario espeluznante que más y más analistas ven cada vez más probable) se debe a los tremendos desequilibrios económicos globales. Más específicamente, financieros. Y más específicamente aún, a los monetarios.

En concreto, al inminente derrumbe del dólar como moneda de reserva mundial y al consiguiente regreso del péndulo de la hegemonía del poder global a Oriente, desde un Occidente agotado.

El discurso de Vladimir Putin en Valdai es un resumen inquietante de este escenario.

Discurso

Los siguientes nueve puntos fueron extractados por un bloguero ruso (y luego por mí) y difieren sensiblemente de la versión sesgada, amansatarugos, del Washington Times.

1. Rusia no se prestará a juegos diplomáticos, ni se involucrará en negociaciones secretas sobre bagatelas. Queremos conversaciones serias y justas, orientadas a propiciar una seguridad colectiva y que tomen en cuenta los intereses de todos los involucrados.

2. Todos los sistemas de seguridad global y garantías internacionales yacen en ruinas. Quien los destruyó tiene nombre: Estados Unidos.

3. Los constructores del Nuevo Orden Mundial (NOM, Estado global totalitario fascista) han fracasado. Si habrá o no un nuevo esquema mundial no es decisión sólo de Rusia, pero no será posible sin Rusia.

4. Rusia prefiere un criterio conservador para introducir innovaciones en la esfera social, pero no se opone a investigar otras opciones.

5. Rusia no tiene intenciones de pescar en las aguas turbulentas creadas por el expansionista Imperio del Caos americano, y tampoco se propone construir un imperio propio (innecesario; bastante tenemos con desarrollar nuestro vasto territorio actual). Tampoco queremos jugar a ser los salvadores del planeta.

6. Rusia no intenta rediseñar el mundo, pero no tolerará que quieran rediseñarla. Rusia no se aislará, pero quien pretenda aislarla sufrirá nuestros torbellinos de furia (clara alusión al conflicto en Ucrania).

7. Rusia no pretende esparcir el caos ni desatar una guerra, pero vemos inevitable el estallido de una guerra global, para la que estamos preparados (Rusia ha logrado superioridad nuclear en años recientes, ¡gulp!).

8. Rusia quiere mantenerse al margen de los intentos de construir un NOM, pero si pretenden comprometer sus intereses vitales en ese proyecto, conocerán el verdadero significado del dolor (¡regulp!).

9. Tanto en su política interna como en la externa, Rusia no basará sus decisiones en los intereses de las elites sino en los del pueblo.

No estoy capacitado para decir si Putin tiene razón o no. Lo único que puedo colegir es que parece estar en pie de guerra. Y eso es muuuy peligroso.

×