La crisis griega

Crisis Grecia
Foto: AP
Columnas
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Es curioso cómo las palabras revelan lo oculto. O lo ignorado. O lo olvidado. La palabra “crisis” proviene del griego antiguo y del ámbito médico: mutación grave que sobreviene en una enfermedad para mejoría o empeoramiento; momento decisivo en un asunto de importancia; originalmente “decisión”, derivado del verbo “separar, decidir, juzgar”. En 1783 ya aparece como significando “juicio que se hace sobre alguna cosa”.

¿Lo ves? El lenguaje es mágico. El referendo del domingo pasado constituye el “juicio” detonante de una “crisis” aún más grande que la anterior. Y no solo para Grecia, sino para Europa entera y, de hecho, para todo el alucinante castillo de naipes fíat pomposamente mal llamado “sistema financiero global”.

Hay quien dice que Grecia es tan pequeña, que su default no puede hundir al enorme trasatlántico europeo. Bueno, el alfilercito más humilde puede reventar (o al menos desinflar poco a poco pero implacablemente) el globo más ostentoso. Y es que en el mundo financiero actual no hay tal cosa como problemas “departamentalizados” (como ya lo vimos en 2008 en las hipotecas suprime y demás burbujas supuestamente contained). El Universo es holístico (lo que es arriba es abajo, etcétera) y el fenómeno que manda se llama “contagio”. ¿O el efecto mariposa es pura invención?

¿Ganar perdiendo?

Jeffrey D. Sachs, profesor de la universidad de Columbia, no es de mis personajes favoritos, pero esto lo dijo muy bien justo antes del referendo: “Las exigencias europeas a Grecia —ostensiblemente enfocadas a garantizar que Grecia siga sirviendo a su deuda foránea— son petulantes, ingenuas y fundamentalmente autodestructivas. Al rechazarlas, los griegos no están jugando: están intentando seguir vivos”.

En fin, los prestamistas perdieron. ¿Perdieron? Hay una hipótesis perversa y maquiavélica según la cual Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el FMI (la detestada Troika, pues), contra lo aparente, no querían realmente evitar el colapso de Grecia sino justo lo contrario. En ese enfoque de espejos deformantes, el referendo “adverso” estaría paradójicamente remando a su favor.

Según esta hipótesis, la Troika quiere forzar a Grecia a quebrar e incluso a ser expulsada de la moneda común y hasta de la Unión Europa, porque eso les daría un pretexto perfecto para reforzar su programa QE y comenzar a emitir moneda como locos (al estilo de Estados Unidos y Japón) para dar liquidez artificial a muchos otros países europeos en problemas financieros. Grecia puede en efecto ser una minipiedrita en el zapato europeo; pero Italia, España, Portugal e incluso Francia, también en problemas financieros seriesísimos, ya son otro nivel.

En ese enredo colosal nada es lo que parece; y los que ganan en realidad pierden, mientras los que parecen perder en realidad ganan. ¿Tú lo entiendes? Yo tampoco. Esperemos la siguiente movida de la Troika. Si se apresura a anunciar con bombo y platillo un QE reforzado, so pretexto de Grecia, sabremos que la hipótesis conspiranoica quizá no estaba tan descaminada.

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