Los últimos cambios del sistema monetario mundial son los siguientes:
1870-1914 (en Europa, porque antes duró milenios en todo el mundo) Classical Gold Standard.
1914-1944 Gold Exchange Standard, que fija el valor de la unidad monetaria en términos de una determinada cantidad de oro. El emisor de la divisa “garantiza” (¿tú le crees a cualquier gobierno o banquero?) que puede regresar al poseedor de sus billetes la cantidad de oro consignada en ellos. Una alternativa es el patrón bimetálico, en el que la moneda está respaldada por una parte de oro y otra de plata (la plata fue dinero real durante más siglos que el oro).
1944-1971 Acuerdos de Bretton Woods: el dólar como si fuera tan bueno como el oro (cosa de la que dudó Francia desde 1964).
1971 Global Dollar Standard (patrón dólar puro, la primera moneda de reserva mundial enteramente fíat, virtual, electrónica, sacada de la nada).
Lo que es inminente es un nuevo cambio global que promete ser enorme, brutal, planetario, y puede desatar la tercera guerra mundial entre EU (el dueño del dólar) y sus opositores (sobre todo China y Rusia, pero no solo ellos), hartos de ese “exorbitante privilegio” del dólar y su concomitante predominio geoestratégico.
¿Cuál será el nuevo sistema monetario global (repito: si sobrevivimos al megamargallete que se va armando a toda velocidad)?
Opciones
Básicamente hay dos posibilidades: unos, como los keynesianos de todo tipo, proponen una moneda digital única (en dos versiones mutuamente excluyentes: una criptomoneda falsa centralizada, tipo DEG del FMI, o una nube de su opuesto real descentralizada: la multitud de criptodivisas que circulan en el éter: bitcoins, litecoins, ripples, dogecoins, neucoins, peercoins, freicoins, etcétera). Otros (sobre todo los seguidores de la escuela austriaca de economía) proponen regresar al patrón de los metales preciosos.
O sea, estos quieren volver a plantar los pies en la tierra y los otros quieren ir “al infinito y más allá”. Unos proponen el regreso a las garantías individuales (como decía la Constitución mexicana antes de eso de los “derechos humanos” globalistas) y otros proponen un modelo de control total. Unos quieren volver a los valores tradicionales del judeo-cristianismo y otros proponen un socialismo-fascismo tipo crony-capitalist (que es el modelo realmente dominante, no el capitalismo clásico de Adam Smith, supuestamente “salvaje”, que nunca se ha aplicado pero al que los idiotas culpan del fraudulento desorden actual y de la hiperconcentración del ingreso), validado por la tecnología (5G, Inteligencia Artificial, transhumanismo, chips inyectados, vigilancia absoluta del Big Brother, eutanasia por decreto, esterilización forzada, despoblación draconiana, ecologismo selectivo y manipulado, etcétera). Unos quieren regresar a la libertad y la incertidumbre propia de esta dimensión y otros ofrecen comodidad y una “seguridad” ilusoria.
Simplificando muuucho: es la ingenua visión milenial contra la recelosa visión del baby boomer. O sea, la visión angelical contra la desengañada visión de los viejos que conocemos la incurable índole retorcida de la especie humana. Del choque de estas visiones contrapuestas saldrán chispas (y esperemos que no misiles).