EL TECNOFEUDALISMO

“Las diferencias nacionales son mayores por el nacimiento de una ‘súper’ clase alta global”.

Guillermo Fárber
Columnas
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El artículo es viejito y muy discutible, tanto en su diagnóstico como en su pronóstico, pero lo importante es el fenómeno que señala.

Por Kike Vázquez, en https://blogs.elconfidencial.com/mercados/perlas-de-kike/2014-02-17/la-teoria-del-tecnofeudalismo_90213/: “La desigualdad está creciendo. De quedar relegada a un segundo plano durante años, pasa a convertirse en una de las principales preocupaciones económicas y sociales de la actualidad.

“¿Estamos predestinados a soportar una élite global que acapare la riqueza, dejando a los demás lo justo para vivir? Martin Wolf, uno de los comentaristas económicos más influyentes del mundo, se plantea dicha pregunta en su último artículo (Enslave the robots and free the poor, en el Financial Times). La respuesta corta de su artículo es ‘no’; la respuesta larga es que el futuro dependerá de lo que hagamos, pues sí existe la posibilidad de que emerja un nuevo sistema: el tecnofeudalismo.

“El concepto hace referencia a un feudalismo tecnológico, un sistema en el cual los dueños de la tecnología acaparan las rentas que corresponderían a una clase media y baja golpeada por la competencia de los robots. Esto es, los trabajos sustituibles por tecnología pasan a ser monopolizados por una generación de trabajadores de ‘cuellos de acero’, por lo que la clase media y baja se ve relegada a luchar por unas remuneraciones cada vez más reducidas en unos puestos laborales cada vez peores.

“De señor feudal, un grupo de privilegiados y numerosos vasallos, pasaríamos a una clase social formada por los poseedores de la tecnología, por los trabajadores privilegiados o no sustituibles y por una mayoritaria clase baja”.

Pobreza y desigualdad

“Cada vez más voces achacan a la tecnología la creciente desigualdad. Ray Dalio, fundador y gestor del mayor hedge fund del mundo, afirma que la tecnología se encuentra detrás de la creciente desigualdad en los ingresos y que una mayor productividad lleva a menores necesidades de personal, lo que incrementa la competencia. No solo eso: cree que el fenómeno irá a más en el futuro alentado por la globalización y los emergentes.

“Que exista casi unanimidad en señalar a la tecnología y a la globalización como protagonistas del cambio que vivimos no quiere decir que todo el mundo lo considere algo negativo. Depende. Algunos dicen que hay motivos para pensar que el mundo está mejor hoy de lo que nunca estuvo. Según sus estimaciones en 2035 no quedarán países ‘pobres’ en el mundo según los estándares actuales, exceptuando aquellos que puedan sufrir una guerra o que sigan la estela de Corea del Norte.

“No es lo mismo hablar de pobreza que de desigualdad, pero la desigualdad puede llegar a ser algo aceptable e incluso según algunas voces deseable, si con ello se acaba con la pobreza en el mundo.

“De hecho, hoy no vivimos en un mundo más desigual, sino en países más desiguales, puesto que las diferencias nacionales son mayores por el nacimiento de una ‘súper’ clase alta global, pero a nivel planetario somos más homogéneos y existe menos pobreza que nunca”.