IMPUESTO AL PATRIMONIO: UNA IDEA DISCUTIBLE

Se gravan bienes o capitales por los que ya se satisficieron impuestos en el momento de su adquisición.

Guillermo Fárber
Columnas
Screen Shot 2020-06-25 at 12.55.04 PM.png

Este oootro gravamen vuelve hoy por sus fueros, después de haber asomado la cabeza en México en 1975, tras casi desbarrancar la candidatura del delfín José López Portillo. Si hay una definición de “incansable” es el afán de una clase poderosa por subyugar a las demás vía impuestos (el propósito de siempre de concentrar el ingreso alegando que se va a repartir; lo que el yugoslavo Milovan Djilas llamó en 1956 “la nueva clase” en un sistema comunista supuestamente sin clases, pero claramente clasista, plutócrata). Debate en Wikipedia.

Argumentos a favor

Aumenta los ingresos del “Estado” (en realidad, de la clase burocrática, la “nueva clase”), puede estimular el crecimiento económico (a corto plazo) y podría en teoría reducir la desigualdad.

Los impuestos que paga un ciudadano deben tener relación con su capacidad de pagarlos, y el valor de sus propiedades suele reflejar su estatus socioeconómico. Puede sustituir en parte a otros impuestos que son regresivos, como el Impuesto al Valor Agregado, que es siempre el mismo con independencia de que represente menos esfuerzo para un comprador que tiene mayores ingresos. Viene a sustituir al Impuesto Sobre la Renta en personas con grandes patrimonios pero sin una renta.

El patrimonio neto de una persona es también una buena medida del grado en que se ha beneficiado de la infraestructura económica promovida y alimentada por las instituciones, que sustentan todos los contribuyentes. Se puede afirmar que un rico inversionista o dueño de un negocio se ha beneficiado más que un ciudadano medio de la educación pública (tiene trabajadores calificados), carreteras (para trasladar sus mercancías), pensiones y otros salarios sociales (para que haya capacidad de consumir sus productos), un Poder Judicial (que hace cumplir los acuerdos comerciales), la regulación financiera, los subsidios gubernamentales y rescates de empresas, etcétera.

Argumentos en contra

Daños causados por el impuesto al patrimonio en la realidad: fuga de capitales, fuga de cerebros, pérdida de empleos y, en suma, una menor recaudación de impuestos. Los ingresos por este gravamen son en Francia de unos dos mil 600 millones de dólares al año, pero le cuestan a los galos más de 125 mil millones de dólares en fuga de capitales desde 1998.

La valoración de activos ilíquidos como inmuebles, negocios privados, antigüedades, etcétera, puede ser arbitraria. La riqueza fluctúa en el tiempo, a veces mucho. Los gobiernos seguramente usarán la inflación como medio para aumentar la recaudación de impuestos. Los contribuyentes de edad avanzada con ingresos menores a sus activos que no generan renta se enfrentan a la imposibilidad de pagar sus impuestos sin liquidar activos. Se gravan bienes o capitales por los que ya se satisficieron impuestos en el momento de su adquisición.

Los impuestos al patrimonio tienen cierto especial costo de gestión. En el caso holandés el costo que conlleva la gestión es de 26% de los ingresos obtenidos, aproximadamente cinco veces mayor que en el caso del Impuesto Sobre la Renta. En suma, el impuesto al patrimonio es una idea discutible.