LA GRAN DEPRESIÓN II. LA SECUELA (2)

“Los choques llegan sin previo aviso”.

Guillermo Fárber
Columnas
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Jeff Thomas: “Mi reacción a la derogación de la ley Glass Steagal fue que veríamos, como pasó, una inversión irracional en el mercado inmobiliario, posibilitada por los préstamos bancarios. Esto llevaría a una caída del sector inmobiliario, seguida de un desplome del mercado de valores. Yo preví que esta debacle sería tapada por los gobiernos, lo que llevaría a un nuevo desplome, que sería de proporciones épicas.

“Pero, ¿por qué iba a ser así? ¿Por qué el segundo desplome será mucho mayor?

“La magnitud de un crack tiende a ser igual a la magnitud de la anomalía económica que lo precedió. El crack de 1929 fue mayor que los anteriores porque los banqueros y los brokers habían encontrado nuevas formas de inflar la burbuja más allá de lo que había existido antes. Del mismo modo, esta vez se han vuelto aún más creativos y han inflado la burbuja mucho más allá de lo que existía en 1929. El nivel de endeudamiento supera con creces cualquier cosa que el mundo haya visto jamás.

“El crash de 2008 fue un minicrash. No se produjo ninguna corrección. Por el contrario, se tapó con un aumento masivo de la deuda, asegurando que, cuando se produjera el inevitable gran choque, la gravedad sería mucho mayor que cualquier otro choque de la historia”.

Factor decisivo

“La secuela de la crisis de 1929 será muy parecida a las secuelas de las películas. En el caso de las películas los productores invierten más dinero en la secuela de lo que gastaron en la película original, en la creencia de que será mejor y les hará ganar aún más dinero que la original.

“Del mismo modo, en los acontecimientos económicos se supone que si se ha ganado mucho dinero en la preparación del último gran colapso seguramente al crear aún más deuda el beneficio que se obtendrá será mucho mayor. Esto ha demostrado ser cierto. Las instituciones financieras entraron en una era de beneficios que históricamente no tiene parangón. El original era un monstruo y la secuela resultará ser un monstruo aún mayor.

“Por supuesto, hay una diferencia entre las películas y los acontecimientos económicos. En el caso de las películas, los productores cobran cuando los espectadores pagan su entrada. En el caso de las crisis económicas los productores ganan sus fortunas en el periodo previo a la crisis. La crisis en sí misma simplemente pasa la factura del desastre a los espectadores.

“La pregunta que siempre se hace antes de cualquier crisis es: ‘¿Cuándo ocurrirá?’ Aunque las crisis pueden analizarse y predecirse de antemano, la fecha es más incierta. El factor decisivo es la pérdida de confianza del público en general. Cuando se debiliten colectivamente sobre el futuro económico, cuando retiren sus depósitos de los bancos y vendan sus acciones en el mercado, la burbuja estallará de repente. Podría ser prematuro comprar sus palomitas ahora, pero cuando los choques llegan lo hacen de forma repentina y sin previo aviso (https://mail.google.com/mail/u/0/#inbox/FMfcgzGmvTsrxbjwpkkPqRVKghzftFMW)”.