NUEVO FEUDALISMO

Guillermo Fárber
Columnas
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Hace unos 20 años yo hablaba con Lidia Pérez López sobre cómo el mundo al parecer se dirigía hacia un nuevo feudalismo. Este tema lo he venido comentando desde entonces con varios amigos. Ahora el muy inteligente doctor José Luis Camba me dice: “Otro síntoma previsto se suma. ¿Querías saber cuándo desaparecería el capitalismo y comenzaría el feudalismo? Ahora. Para entender lo que ocurre alrededor, a partir de ahora tienes que pensar en términos feudales. Verás que todo queda claro de esa manera. La última señal de la caída del capitalismo, como lo conversamos, ha llegado en Europa. Los precios inmobiliarios comenzaron a descender. El Covid no es más que un acelerador de su desaparición. Nos ha tocado vivir tiempos muy interesantes. Vivamos lo suficiente para narrarlos”.

Un antecedente

James Howard Kunstler lo escribió hace casi dos años: “Esto plantea un dilema. Si la sociedad industrial se está desintegrando (literalmente), ¿qué ocupa su lugar? Muchos suponen que una utopía robótica impulsada por algún jugo cósmico aún sin aprovechar, un nirvana de algoritmos que culmina en un orgasmo sin fin (el transhumanismo de Ray Kurzweil). Personalmente marcaría la casilla ‘No’ como un escenario probable.

“Los autoproclamados socialistas ven el mundo a través de un espejo retrovisor. De lo que realmente hablan es de repartir la riqueza previamente acumulada, que pronto desaparecerá. La entropía se sale con la suya con esa riqueza, primero transformándola en formas cada vez más abstractas y luego disipándola como desperdicio por todo el planeta. La próxima vez que el socialismo se apunte como una herramienta para redistribuir la riqueza haremos el triste descubrimiento de que la mayor parte de esa riqueza se ha ido. “El proceso será incómodamente agudo y desorientador. Occidente, especialmente, no sabrá qué lo golpeó ya que se autorreorganiza de nuevo en algo que se asemeja al feudalismo de antaño. Tenemos un nuevo tipo de miseria masiva en Estados Unidos: una gran cantidad de personas que no tienen nada que hacer, ningún medio de apoyo y las nociones más endebles de propósito en la vida. Los socialistas no tienen respuestas para ellos. No serán ‘reentrenados’ en alguna cruzada federal imaginaria para convertir a los fanáticos de la metanfetamina en escritores de códigos para Google.

“La mayoría de las creencias y actitudes de hoy se modificarán tras la desaparición de la orgía industrial, con sus ideas de que la humanidad sigue un ascenso infalible de progreso, que hombres y mujeres son intercambiables y pueden hacer exactamente el mismo trabajo, que la sociedad no debería ser jerárquica, que la tecnología nos rescatará y que podemos organizar algunas soluciones políticas para evitar el dolor de la contracción universal. “No hay ideas coherentes en la arena política en este momento. Nuestras perspectivas son realmente demasiado alarmantes. Entonces súbete al barco del socialismo y ve si te hace sentir mejor navegar hasta el fin de la Tierra. Pero cuidado con la brecha en el borde. Es una locura”.