Oros nacionales: van pa’trás

Y sigue la mata dando respecto del tema del oro. Ahora es la petición de Alemania de que le devuelvan parte de sus reservas de oro físico, depositadas en los organismos monetarios de Francia, Inglaterra y Estados Unidos desde el final de la II Guerra Mundial, quesque para mantener ese jugoso botín fuera del alcance del rudo, y entonces aparentemente imparable, oso soviético.

Alemania pide que sus reservas de oro sean devueltas
Foto: Internet
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Y sigue la mata dando respecto del tema del oro.

Ahora es la petición de Alemania de que le devuelvan parte de sus reservas de oro físico, depositadas en los organismos monetarios de Francia, Inglaterra y Estados Unidos desde el final de la II Guerra Mundial, quesque para mantener ese jugoso botín fuera del alcance del rudo, y entonces aparentemente imparable, oso soviético.

Es la noticia mayor de la semana e incluso tal vez del año.

Los funcionarios gubernamentales alemanes están cada vez más nerviosos sobre el esquema de almacenamiento y han pedido que el Bundesbank (banco central alemán) inspeccione los lingotes.

Ahora el banco central alemán también quiere cambiar el arreglo, incluso a pesar de que ha dicho que no ve la necesidad de contar los lingotes o revisar su contenido real de oro, y que considera como suficientes las garantías por escrito de los otros bancos centrales.

De esta manera, aun a regañadientes, el Bundesbank ha roto con su postura de “todo está bien”, que mantuvo desde 1945 hasta hace tan poco como tres meses. Ahora demanda la repatriación de todo su oro depositado en París y parte del depositado en la Fed de Nueva York.

Algunos escépticos dudan que tal repatriación se concrete cabalmente, por cualquiera de estas tres razones: porque puede ser que ni EU ni Inglaterra tengan el oro para repatriarlo; porque pedir el oro molestará fuertemente a EU e Inglaterra, y Alemania no quisiera irritarlos; o porque a lo mejor le mandan lingotes de tungsteno (que tiene el mismo peso atómico que el oro… pero no es oro).

Despacito, despacito

Independientemente de que esa histórica repatriación se concrete cabalmente o no, argumentan los escépticos, ese hecho se considera irrelevante.

Lo importante, dicen, es que se trata del primer disparo a la línea de flotación del actual sistema monetario internacional, pues confronta como nunca el dinero real contra el “infinitamente diluible dinero fiat electrónico”.

Y dicho disparo no lo hace un francotirador escondido en la periferia, sino uno de los principales bancos centrales, poseedor de la segunda reserva mundial de oro (oficial, al menos).

Por lo pronto, ya esos cuatro bancos centrales pactaron que la repatriación se hará en etapas lentas.

¿Por qué? La razón oficial es “para no agitar los mercados”, pero los suspicaces sospechan que la verdadera razón puede ser que los depositarios tengan tiempo para recabar un oro del que hoy carecen.

Lo importante es que la demanda subraya la falta de confianza latente entre el banco central alemán y los bancos centrales de EU, Inglaterra y Francia.

Por algo será.

Principia una nueva era en la que se va a ir extendiendo una inédita falta de confianza entre los diversos bancos centrales nacionales.

Pésima señal para la economía global.

Hugo Chávez inició la tendencia moderna (aunque Irán repatrió su oro hace años).

Ahora, en Holanda un partido político aboga por la repatriación de oro holandés.

A ver hasta cuándo aguantan los depositarios.

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