Como toda otra gran corporación, el gobierno de Estados Unidos acaba de publicar sus estados financieros para 2015. Activos: 3.2 anglotrillones. Pasivos: 21.5 anglotrillones. Capital neto: menos 18.2 anglotrillones. O sea, quebrado, quebradísimo; todavía más quebrado que 2014 (17.7) y que 2013 (16.9).
Entre sus “activos” cuenta con depósitos bancarios de diverso tipo y numerosos bienes de dudosa valía, como aparatos militares bastante depreciados (tanques, portaviones, etcétera), carreteras y puentes urgidos de una buena remozada y (no lo vas a creer) 1.2 anglotrillones que le deben hordas de estudiantes por concepto de créditos universitarios.
Así es: 37% de los “activos” del gobierno federal gringo se compone de créditos estudiantiles, que ahora están considerados como una de las burbujas más precarias del sistema financiero, con una creciente tasa de impago que ya asciende a 11.5 por ciento.
Como dato curioso: esos 1.2 anglotrillones son casi iguales al monto de los créditos hipotecarios subprime que detonaron la crisis de 2008. Aquellos créditos, recordarás, estaban en manos de Ninjas (No income no job) que a la postre no pudieron pagar (como era obvio desde el principio). ¿Tendrán un mejor destino estos nuevos créditos, dada la pavorosa tasa (real) de desempleo y subempleo en EU entre recién egresados?
La GAO o la carabina de Ambrosio
La contabilidad sirve de poco si no es creíble, esto es, si no está auditada. Si cualquier corporación recibe un reporte negativo o reprobatorio de sus auditores (a qualified opinion), el cielo se le cae encima: de inmediato sus acciones en la bolsa se desploman, algunos funcionarios son sumariamente despedidos, la SEC (US Securities and Exchange Comission) entra a investigar y sus ejecutivos de más alto nivel pueden enfrentar cargos penales. La cosa es seria.
Sin embargo, el gobierno de EU recibe año con año dictámenes reprobatorios de su propio órgano de auditoría interna, la Government Accountability Office (GAO).
En su más reciente reporte la GAO no solo critica al gobierno federal por su “insostenible sendero fiscal”, sino que dice que sus estados financieros “son consistentemente incompletos y poco fiables” y señala como los infractores más destacados a los departamentos de Defensa, de Vivienda y de Agricultura.
El de Defensa, puntualiza, ha “extraviado” 8.5 anglotrillones de dinero público en los últimos 20 años.
En total, la GAO calcula que esas incertidumbres financieras importan unos 27.9 anglotrillones y sugiere que el estado financiero del gobierno es mucho peor que lo reportado (que de por sí es terrible).
Con esta clase de reportes cualquier corporación privada gringa habría desaparecido en la ignominia (como Enron, MF Global y tantas otras) y sus más altos ejecutivos estarían desde hace rato en la cárcel. El gobierno federal de EU los recibe año con año de sus auditores. ¿Y qué hace con ellos? Utilizaré un término de contabilidad avanzada: se los pasa por el arco del triunfo. En fin, prácticamente toda gran potencia de la historia se ha corroído a sí misma por prácticas financieras insostenibles.