CONTRA CÁNCER DE COLON, COMPUESTOS DE CEMPASÚCHIL

J. Alberto Castro
Columnas
Female scientist holding flask with medicine in laboratory
krlnk

La planta y la flor de cempasúchil es originaria de México y su nombre proviene de la palabra náhuatl cempohualxochitl, que significa “Flor de 20 pétalos”. Cuentan las crónicas que durante la época prehispánica los mexicas comparaban el color amarillo de esta flor con el Sol, por lo que la utilizaban en altares, ofrendas y entierros dedicados a sus muertos.

Hoy continúa siendo preponderantemente ornamental, la utilizamos en nuestro país para conmemorar a quienes ya no están con nosotros. En menor medida también se le da un uso medicinal, principalmente en padecimientos digestivos, fiebre e incluso enfermedades respiratorias como la tos. En algunos lugares se utiliza para tratar problemas de la piel como salpullido y llagas, entre otros.

En relación con esto último un grupo de investigadores del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) de Querétaro se interesó en buscar otras propiedades a esta planta, también conocida como flor de muerto, flor de cempoal o flor de niño.

Les atrajo en primer lugar que nuestros antepasados la utilizaban como una planta medicinal en infusiones creadas para la relajación y la disminución de los problemas intestinales. Principalmente dolor de estómago, gases y cólicos.

Estas propiedades curativas notables del cempasúchil los llevaron a profundizar en esta planta endémica del continente americano con 58 especies, de las cuales 35 habitan en México.

Con una amplia experiencia en la investigación, el doctor Alejandro Manzano Ramírez impulsa a jóvenes científicos como la doctora Karen Magali Soto, estudiante de posdoctorado en el Cinvestav, quien se enfoca en caracterizar los compuestos fenólicos (compuesto orgánico) y carotenoides (pigmentos orgánicos) del cempasúchil que muestran tener una potente actividad antioxidante, lo cual los convierte en elementos idóneos para ser extraídos y sintetizados; además son susceptibles de poder transportarse por medio de nanopartículas de oro a un organismo humano o animal afectado por el cáncer de colon.

Los doctores Soto y Manzano explican a Vértigo los pormenores de esta singular búsqueda científica, “cuyos resultados preliminares se muestran prometedores”.

De manera particular la joven química puntualiza: “La luteína y la zeaxantina son abundantes en el cempasúchil; decidí utilizar estos compuestos porque son antioxidantes y van a funcionar óptimamente con las partículas de oro. Un antioxidante es una sustancia capaz de neutralizar la acción oxidante de los radicales libres mediante la liberación de electrones en nuestra sangre, los que son captados por los radicales libres”.

En síntesis, “los antioxidantes son compuestos químicos que interactúan con los radicales libres y los neutralizan, lo que les impide causar daño”.

Doctora en Ciencias de los Alimentos por la Universidad de Querétaro, recuerda que la obtención de los compuestos antioxidantes del posible biofármaco se logra a través de la recolección de la flor endémica. Posteriormente se deshidrata al sol y se muele. Más tarde se extraen los compuestos orgánicos con ayuda de solventes como el agua y el etanol. Finalmente la luteína y la zeaxantina se usan como agentes reductores de las partículas de oro.

Otros estudios demuestran que la luteína y la zeaxantina en efecto tienen importantes funciones antioxidantes en el cuerpo. Junto con otros antioxidantes naturales, como la vitamina C, el betacaroteno y la vitamina E, estos importantes pigmentos protegen de los efectos dañinos de los radicales libres, que son moléculas inestables que pueden destruir las células y desempeñar un papel en muchas enfermedades.

Luteína y zeaxantina

Se sabe que estos compuestos brindan importantes beneficios para prevenir la degeneración macular de los ojos y la vista, además de que pueden ayudar a proteger contra la aterosclerosis (acumulación de depósitos de grasa en las arterias gruesas), la enfermedad que provoca la mayoría de los ataques cardiacos.

En una indagación de laboratorio la estudiosa trabaja en una línea celular de cáncer de colon probando la acción de los compuestos antioxidantes adheridos a las nanopartículas de oro. El resultado es alentador porque el proceso de crecimiento de este tipo de cáncer se desacelera. Hay una alteración en el ADN de estas células al contrarrestarse la producción de radicales libres.

Dicho hallazgo y las pruebas abren la posibilidad de hacer más adelante estudios acuciosos en ratones y en seres humanos para poder definir un tratamiento específico contra el cáncer de colon. La experta vislumbra dicho fármaco como una solución inyectable.

Entretanto, la doctora Soto anticipa: “La manera en que vamos a disminuir la proliferación de las células cancerígenas en el colon será por medio de la formación de las nanopartículas de oro. Estas van a tener a su alrededor o en su superficie los compuestos que se van a adherir a las nanopartículas. Por medio de ellas van a transportarse. Una vez que estas partículas entren al cuerpo humano suponemos que van a liberar los compuestos con capacidad anticancerígena para abatir el mal”.

Recapitula: “El propósito de fusionar los compuestos del cempasúchil fue proporcionar a las nanopartículas mejores efectos citotóxicos, sustancia que elimina las células cancerosas y disminuye el riesgo del crecimiento de las células dañadas por la enfermedad”.

Por su lado, el doctor Manzano señala los motivos de usar la opción de las partículas de oro: “Se ha reportado y sabemos que son más seguras y menos tóxicas para la administración de fármacos. Por eso el interés de sintetizar las nanopartículas de oro: porque son seguras para liberar los medicamentos”.

También aclara que las partículas sintetizadas se obtuvieron de una biomasa, es decir, son partículas sintetizadas cuyo origen es biológico: ya no se utilizan materiales tóxicos o contaminantes sino que provienen de extractos de plantas. Por ello se trata de un material orgánico más noble e inocuo para el ser humano.

“Se ha demostrado la actividad antioxidante de los compuestos del cempasúchil y las síntesis de las nanopartículas de oro probadas en estas líneas celulares indican disminución de la viabilidad de las células de cáncer de colon. Así como la prueba de que en ciertas concentraciones se destruyen en su totalidad las células malignas. Pero son aún pruebas preliminares, indicios prometedores: falta mucho para llegar a un resultado contundente. Es una línea de investigación que podría derivar en un fármaco, pero todavía se requerirá de más investigación”, afirma el experto en materiales a escala nanométrica para sus aplicaciones en energía y medio ambiente.

Dice el docente que este descubrimiento, sin duda relevante, obedece a una investigación colaborativa, multidisciplinaria y con la participación de científicos del Cinvestav y la Universidad de Querétaro. “Esta es la única forma que tenemos para avanzar en la concreción de un fármaco contra el cáncer de colon, que requiere de investigadores a nivel doctorado, de múltiples estudios, distintos equipos de laboratorio y financiamiento”.

RECUADRO

Producción de cempasúchil en México

Para atender la demanda nacional de flor de cempasúchil este año se sembraron alrededor de dos mil hectáreas, de las que se estima un volumen similar al de 2020, cuando fue de 18.4 mil toneladas y 497 mil manojos, con valor total superior a los 87 millones de pesos.

La Ciudad de México es la entidad con mayor producción de cempasúchil como planta de maceta. En el periodo 2015 a 2019 el volumen producido registró una tasa de crecimiento media anual de 4.3%, al pasar de un millón 170 mil a un millón 385 plantas.

Se produce principalmente en 20 municipios correspondientes al Estado de México, Puebla, Hidalgo, Guerrero, Michoacán, Tlaxcala, San Luis Potosí, Morelos, Oaxaca y Durango.

Fuente: Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural